«Puede que aún esté dumiendo y no se haya enterado». El responsable de la administración, Francisco Álvarez, confirmaba a media mañana que aún no se había reclamado el premio acumulado. Para muchos de sus clientes habituales la lotería de los jueves es un hábito y no siempre siguen el sorteo por lo que no es, hasta que van a comprar el de la semana siguiente cuando comprueban si el de la anterior tenía algún premio. Francisco, sin embargo, ya tenía un consejo para el afortunado al que sabe que debe recibir la noticia con cuidado. «Hace veinte años dimos un premio de veinte millones a otro vecino, también en un premio de la lotería nacional, en ese caso, de sábado, que había jugado tres euros», explicaba.
Ayer revivía ese momento para afrontar el presente. «Entonces el afortunado vino a la administración pensando que tenía algo pero, cuando lo hice pasar a la tienda para decírselo, se nos cayó desmayado», recordaba. Por ello, en esta ocasión y si el afortunado no se entera antes, cuando llegue a la ventanilla, empezará por decirle que, efectivamente, su primer premio tiene 30.000 euros y, luego, le añadirá los 1.170.000 euros restantes. Su consejo, «que coja la vida con calma y que coma y beba como todos los días». En la antesala del 22, el premio multiplica las ilusiones. «El lunes vamos a dar el Gordo, no hay dos sin tres y este año ya dimos además otro premio de 250.000 euros».