La polémica sobre la ubicación del faro de Cabo Silleiro se remonta prácticamente a los inicios del funcionamiento a comienzos del siglo pasado. Oficialmente, las instalaciones dependían del Concello de Oia tras su inauguración.
Allí era donde estaban empadronados los primeros torreros que se encargaron de su mantenimiento y donde tenían que tributar sus impuestos. Sin embargo, éstos lucharon para empadronarse en el Ayuntamiento de Baiona, puesto que el faro está más cerca de esta localidad que de Oia y les resultaba más cómodo pertenecer a este municipio.
El dato lo recogen los historiadores Fernando Javier Costas Goberna y Manuel Expósito Álvarez en un libro sobre el faro que ha sido publicado por el Instituto de Estudios Vigueses y que dedica un capítulo a la polémica. La historia de los enfrentamientos entre los torreros y el municipio de Oia comienza, según la documentación que han podido consultar ambos investigadores, en el año 1926. «En la actualidad pertenecemos a Oia, distante de este faro a 14 kilómetros y no a Baiona, distando seis kilómetros», se quejaban los torreros en un escrito.
Empadronamiento
Los fareros finalmente lograron empadronarse en Baiona en el año 1934 y ambos ayuntamientos entraron en conflicto por asignarse la potestad de cobrar impuestos a los fareros. Actualmente el faro no debe tributar en ninguno de los dos ayuntamientos, pero la polémica sobre su titularidad sigue existiendo.
El alcalde de Oia no sólo reclama para su Ayuntamiento el faro, sino todo Cabo Silleiro, que según sus datos, pertenece a su municipio a raíz de un acuerdo firmado en 1860. El alcalde de Baiona afirma que el Instituto Geográfico Nacional sitúa el cabo en Baiona y así lo recogen también los lindes marcados en el futuro PXOM. Los regidores locales de Oia no están de acuerdo y han presentado una alegación al futuro planeamiento urbanístico de Baiona para intentar recuperar una propiedad que afirman que siempre les perteneció.