La gran mujer tras el imperio textil

VIGO

Gracia Regojo Bacardí, la cooperante que fue retenida en Cuba por introducir dinero en la isla, ha escrito un libro sobre su abuela, esposa del empresario José Regojo

05 jun 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

José Regojo fue el constructor de un gran imperio textil que hizo que las prendas de vestir fabricadas en Redondela se vendiesen por todo el mundo.

Junto al ilustre empresario vivió una gran mujer redondelana, Rita Otero, que durante la terrible posguerra fue una de las personas que alivió el sufrimiento de los centenares de presos que fueron confinados en la isla de San Simón.

Paseando el recuerdo. Mi abuela Rita Otero, es el título de una obra escrita por Gracia Regojo Bacardí, directora de la oenegé Fundación Cume para el desarrollo de Pueblos y Fronteras. Gracia Regojo saltó a la palestre informativa de todos los medios de comunicación hace unos meses cuando fue retenida 15 horas, al entrar en Cuba, por las autoridades de aquel país. Se encontraba allí para llevar ayuda humanitaria a la isla. Su caso motivó la intervención del secretario de Política Internacional del PP, Jorge Moragas.

Gracia Regojo ha escrito un libro que recoge en 236 páginas una semblanza de Rita Otero. La presentación de la obra será mañana a las doce de la mañana en el Multiusos de Redondela y a ella asistieran numerosos amigos y conocidos de la familia Regojo.

El padre de Rita Otero era Juan Otero, afín al Partido Liberal de Sagasta. Su hermano Alejandro llegó a ser rector de la Universidad de Granada, ciudad en la que Rita pasó temporadas cuando era niña y adolescente.

Rita otero se estableció definitivamente en Redondela en compañía de su esposo José Regojo en el año 1928. Durante la Guerra Civil la fábrica tuvo una intensa actividad suministrando uniformes al Ejército.

Tras la Guerra Civil, su marido José sufrió grandes dificultades para obtener bienes para equipar la fábrica textil que había puesto en marcha, pero con mucha dedicación salió hacia adelante y el emporio fue creciendo.

La familia Otero tenía muchos familiares en el bando republicano. La obra recoge diálogos entre Rita y su esposo a propósito de los presos encarcelados en San Simón:

«-Pepe, ¿sabes quién llegó al Lazareto?

José miró a su esposa. Pocas veces el dolor se asomaba a sus pupilas de manera tan viva. Casi le dio miedo pensar quién podría ser y no la interrumpió. Ella siguió hablando.

-Diego San José... el cuñado de Victoria.

-¿Victoria? ¿La viuda de Reveriano Soutullo, tu difunto primo?, ¿Está en San Simón?»

En la obra se cuenta como Rita otero recibía noticias puntuales de los presos que llegaban al penal y cómo se apresuraba a socorrrerlos. Así tuvo noticias de que habían sido trasladados cincuenta prisioneros procedentes de Andalucía. Enseguida se dispuso a preparar comida para llevársela a todos.

Años más tarde Diego San José escribía una dedicatoria en su obra Estampas nuevas del Madrid viejo. «A don José Regojo y doña Rita Otero de Regojo que endulzaron las horas más tristes de mis vida, y y como a Jesús a Lázaro, me tendieron su diestra amiga y protectora diciéndome: Levántate y anda».

En la posguerra, la familia fue creciendo. Rita tuvo siete hijos, uno de los cuales, Pedro Regojo, es el presidente de la Confederación de Industrias Textiles de Galicia.

La vida familiar fue transcurriendo con cierta normalidad no exenta de pequeñas contrariedades hasta que llegó el año 1956, que fue crucial para Rita. El día 13 de febrero muere de forma inesperada la prima, amiga íntima y consejera, Ernestina Otero. -a la que Redondela la ha dedicado una de sus calles principales-. Ese año los médicos le diagnostican un cáncer de útero incurable. El 7 de julio es operada pero, ante la gravedad de la situación el doctor García Orcoyen opta por no extirparle el tumor. El 12 de octubre recibe el viático y al extrema unción de don Octavio, el párroco de Vilavella. El 3 de diciembre de 1956 moría.

Mañana será recordada.