Sabíamos lo mucho que le gusta pedalear a Mariano Rajoy. Sabíamos también de su afición por los toros y, por supuesto, de su debilidad por los cigarros puros. No hay más que echar un vistazo a la fotografía de la derecha para confirmar lo que disfrutó el domingo en la plaza de Pontevedra haciendo la ola a Padilla en presencia de Óscar Pereiro. Lo que no sabíamos (hablo por mí) es lo que le pirra el baile. Como en la canción, el presidente del PP se pasó bailando toda la noche. Fue un viernes de estos en la fiesta que abre oficialmente el verano en una casa de Vilaboa con impresionantes vistas a la ría.
La anfitriona, sin duda conocedora de las pasiones ocultas de sus invitados, contrató para la ocasión los servicios de un pinchadiscos que tan bien captó los gustos de los presentes que no decayó el jolgorrio ni un minuto. La garganta profunda que me pone al corriente del fiestorro y que, por supuesto, formaba parte de la abultada nómina de invitados, me cuenta que menos bailarín estuvo Alberto Núñez Feijoo. «Lo del presidente es el cante», dijo. Y es que, al parecer, demostró ciertas dotes musicales cuando se arrancó por sorpresa con alguna pieza.
Más moderados en sus manifestaciones artísticas estuvieron Chema Figueroa, algún empresario del mundo naval, algún otro del de la conserva, algunos altos funcionarios, o la superdelegada de la Xunta aunque, eso sí, todos sucumbieron al embrujo musical de la noche. Por cierto que la buena sintonía que demostraron Lucía Molares y Corina Porro echa por tierra esos rumores que dicen que no son precisamente las mejores amigas del mundo. Es lo que tienen los rumores, que los carga el enemigo.
En fin, que resulta perfectamente comprensible que tanto Rajoy como Feijoo hayan hecho un hueco para soltarse el pelo unos días antes de enfrentarse a los morlacos (alguno de astas especialmente puntiagudas) que les esperan este otoño. Y que les quite lo bailao.
El nucleo duro del equipo que trabaja en la cuadratura del círculo de la World Fishing, es decir, en tratar de garantizar que todo este a punto cuando el 16 de septiembre se levante el telón en el Ifevi, se tomó un respiro el pasado viernes. Era también trabajo, pero adobado con una dosis de ocio que a todos les supo a gloria.
La cita fue en la Fundación Sales, esa casa de las plantas presidida por Alberto Casal, que recuerda al desaparecido paisajista y que abre sus puertas en la avenida de Europa. La reunión tenía por objeto comprobar que funcionaba el que seguro será uno de los elementos estéticos más llamativos de la feria.
Se trata de una fuente con una base de granito de dos toneladas de peso. La fuerza del agua que mana de dicha base sujeta una bola del mundo que rota sobre sí misma y en la que la única ciudad que aparece reflejada es Vigo. La bola en cuestión, de granito negro pesa una tonelada.
No pudo salir mejor el ensayo general. Fue casi perfecto, según reconoció Alfonso Paz Andrade. Contó también que la singular obra, recién llegada de China, será lo primero que vean tanto expositores como visitantes, ya que será la antesala de la Feria. Vendrá a ser la atracción artística que sustituya al mural que realizó Isaac Díaz Pardo a propósito de la anterior edición.
Cuando los contados asistentes a esta especie de ensayo general comprobaron que el invento funcionaba, llegó la hora de la conversación distendida con pinchos ad hoc de por medio. Además del propio Paz Andrade y de Alberto Casal, presenciaron, entre otros, la puesta a punto Rafael Olmedo, Elizabeth Taylor, Ani González, Marga Elessp, Carmen Parada, Jesús Bahíllo...
Están especialmente satisfechos los organizadores de la World Fishing de la nómina de expositores que, a pesar los pesares se dará cita en Vigo. Y es que la crisis no ha sido el único contratiempo al que han tenido que enfrentarse. Sin ir más lejos, Morakot, el tifón que ha dejado un reguero de muertos y desaparecidos en Taiwán y China, ha afectado de lleno a alguna de las empresas que se habían comprometido a estar. Con todo y con eso, siguen queriendo venir a Vigo. Les esperamos.