Se busca modelo privado para hospital en Vigo

VIGO

La Xunta reconoce que explora fórmulas no públicas para financiar el nuevo complejo de Beade. Estas son las más principales, que el PP ya ha implantado en sus centros de Madrid y Valencia

03 sep 2009 . Actualizado a las 13:28 h.

Nunca lo había reconocido con tanta claridad. El Gobierno gallego venía admitiendo hasta ahora que sí, que estaba estudiando «todas las posibilidades» para financiar el nuevo hospital de Vigo. Ahora va más allá. En una entrevista que publicó ayer este periódico, el director xeral de Orzamentos (de la Consellería de Facenda de la Xunta), Miguel Corgos López-Prado, zanjó: «Estamos estudiando financiación privada para la construcción de hospitales». Los presupuestos gallegos del próximo año solo contemplarán la obra de un gran complejo hospitalario: el de Vigo. ¿Adivinan a qué se refería con hospitales ?

El Servizo Galego de Saúde (Sergas) todavía no ha aclarado por qué modelo va a optar. Tiene varios donde elegir. Incluso podría diseñar uno nuevo. A continuación se detallan alguna de las fórmulas de financiación de hospitales que el Partido Popular ya ha implantado en España y que incluso ha seguido el Partido Socialista. Son las que estudia la Xunta.

M odelo Valencia. Alzira es una pequeña ciudad de la Comunidad Valenciana que no llega a los 50.000 habitantes. En el año 1999 dio nombre a un modelo de gestión de la sanidad que hasta entonces no se había utilizado en Europa. Una unión de empresas liderada por Adeslas -incluía a dos cajas y a las constructoras Lubasa y Dragados- construyó el hospital a cambio de gestionarlo totalmente, incluido el personal. La Generalitat de Eduardo Zaplana le pagaría un canon anual, una cuota por paciente. Privatización pura.

A los tres años la empresa llegó a la conclusión de que no era rentable. La Generalitat acudió al rescate y pagó a las empresas una indemnización calculada en 25 millones de euros. Volvió a sacar a concurso la gestión del hospital, que seguía teniendo carácter público. El concurso lo ganó la misma ute, liderada por Adeslas, que había concluido -esta vez sí- que podría ganar dinero. Además, pegó otro bocado, porque el contrato incluyó la gestión de la atención primaria, los centros de salud.

Modelo Madrid. Antes de que Esperanza Aguirre llegara a presidir la comunidad de Madrid todos los hospitales de la red sanitaria eran públicos. Ahora hay ocho nuevos que utilizan fórmulas privadas. Para entenderlos, hay que empezar hablando de unas siglas, IFP (Iniciativa de Financiación Privada, PFI en versión inglesa). La Administración contrata la construcción del hospital a una sociedad anónima y esta se queda con la gestión de los servicios no sanitarios, como los aparcamientos y la cafetería. Además, el Ejecutivo paga un canon anual por usar las instalaciones y pone el personal. Es el típico modelo de las autopistas, pero sin peaje.

Puede darse la circunstancia de que el mismo centro sanitario tenga dos gerentes: uno para la parte asistencial (el público) y otro para el personal no sanitario (el privado).

Siete hospitales nuevos de Madrid siguen esa fórmula. Hay un octavo nuevo, el de Valdemoro, sigue otra fórmula, conocida como concesión administrativa, que es similar al modelo Alzira, aunque en este caso no incluye la atención primaria. En este caso está en manos de la multinacional Capio.

Modelo Cataluña. Existe un consorcio hospitalario formado por entidades municipales y fundaciones sin ánimo de lucro. Gestiona nueve hospitales. Uno es el Hospital Clínico de Barcelona, que funciona como centro público por las mañanas y privado por las tardes, al cargo de una empresa que paga por usar las instalaciones.

Modelo ¿Galicia? Todo lo que está en esta página, todo, lo estudió el bipartito para el nuevo hospital de Vigo. Todo. Los entonces dirigentes de la sanidad gallega viajaron por España y analizaron cada modelo sobre el terreno. Acabaron diseñando uno propio y, finalmente, lo desecharon. Porque el 100% del gasto del nuevo hospital acabó apareciendo en los presupuestos públicos, dentro de la Sociedade Pública de Investimentos, una empresa pública que está al cargo de la Consellería de Facenda.

En principio no iba a ser así. Una consultora diseñó para la Xunta un modelo de empresa con participación pública y privada que nunca se había empleado en España. Esa empresa tendría un 90% de su capital en manos privadas y el resto en manos públicas. Tras la construcción del complejo de Beade podría explotar algunos servicios no clínicos.

Modelo Povisa. Povisa es una empresa privada. Presta al Sergas un servicio y este se lo paga. El año pasado recibió de las arcas públicas 75 millones de euros por atender a 142.000 pacientes. Igual que los vigueses del centro van al Xeral y que los ciudadanos de A Cañiza van al Meixoeiro, todos los ciudadanos de Cangas, Moaña, Baiona, Nigrán, Gondomar, Coia, Coruxo y López Mora tienen como hospital de referencia Povisa. Acuden a sus médicos especialistas y a sus urgencias. Queda fuera la atención pediátrica, concentrada en el Xeral.

Es un contrato que se llama concierto singular. El Sergas paga por pacientes y por procesos, no solo por el primer concepto. A diferencia de Valencia, el hospital ya existía antes. En aquella comunidad se creó ad hoc. Además, el Sergas es el cliente más importante de Povisa, pero no el único, a diferencia de otros modelos.