Caballero y Porro se protegen de la gripe A

M. J. F.

VIGO

06 oct 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

El primer encuentro entre el alcalde de Vigo y la presidenta de la Autoridad Portuaria desde que ambos intercambiaron cargos no pudo ser ayer más frío.

Los intentos de Abel Caballero por arrancar una sonrisa de Corina Porro para la foto resultaron infructuosos y se quedaron en una mueca forzada de la ex alcaldesa. No solo rechazaron saludarse por medio de un beso o un abrazo, pese a la petición de los periodistas, sino que si se estrecharon la mano fue también ante la insistencia de los medios gráficos. Cualquiera que no supiera de que iba, bien podría achacar tanta distancia y frialdad a un exceso de celo por cumplir las medidas preventivas contra la gripe A. Y eso que lo primero que hizo Caballero para romper el hielo fue regalar a su sucesora en el Puerto una serigrafía de Xabier Magalhaes titulada Abstracción en rojo y amarillo y perteneciente a las colecciones que con carácter periódico se exponen en la antesala de la Alcaldía.

Cordial

Pese a que ambos mantuvieron la compostura y se esforzaron por calificar el encuentro de cordial, lo cierto es que la cita se saldó en apenas media hora y comparecieron de forma individual. Y es que las declaraciones de uno y otro pusieron en evidencia la distancia que los separa. Lo primero fue echarse la culpa del estado actual del paseo de las Avenidas. Porro recordó que un convenio obliga al Concello a su mantenimiento y Caballero respondió que el deterioro se debe a la circulación de transporte pesado del puerto, de ahí que le corresponda a este organismo.

Mientras que la presidenta de la Autoridad Portuaria negó una vez más su apoyo al edificio de Nouvel y se mostró contundente con un «no le dedicaré más tiempo porque está totalmente descartado, es innecesario y esos fondos se pueden destinar a otras actividades o infraetsructuras», su sucesor en la alcaldía insistía en que «es totalmente viable y supondrá inversión cero para el Puerto porque podría recibir fondos europeos». Tampoco hubo acuerdo con la ubicación del parque de bomberos.