Madrid no comparte los discursos de la ex alcaldesa, a la que no informó el viernes de la aprobación de la autopista del mar
01 nov 2009 . Actualizado a las 02:00 h.Hace menos de quince días la presidenta de la Autoridad Portuaria, Corina Porro, reclamó al ministro de Fomento, José Blanco, que «se ponga las pilas» para negociar y superar las dificultades con las que se puede encontrar la autopista del mar Algeciras-Vigo-Saint Nazaire al perder su concesionaria (Acciona Trasmediterránea) el transporte marítimo de los coches que salen de la planta de PSA de Balaídos.
El viernes la ex alcaldesa volvía a cargar contra el Gobierno central para exigir más rapidez en la aprobación del corredor y, eso sí, de nuevo sus reclamaciones fueron efectuadas con una invitación a abandonar cuestiones partidistas en la gestión portuaria. Pero en Madrid se tiene el convencimiento de que es Corina Porro quien se mueve siguiendo criterios políticos en sus actuaciones.
Pese a que el Puerto de Vigo, al ser de interés general, se circunscribe orgánicamente bajo el paraguas de Puertos del Estado y por tanto del Ministerio de Fomento, desde ambos organismos no se disimula que la falta de sintonía es total con la elegida por la Xunta para ocupar el asiento dejado libre por Luis Paz. Tanto es así, que mientras Porro clamaba rapidez en la aprobación por parte de España de la citada autopista, el Consejo de Ministros estaba en ese mismo momento dando el visto bueno a dicho trámite. Por la exigencia de la ex alcaldesa todo hace indicar que no sabía que La Moncloa estaba tratando lo que ella reclamaba en ese instante, lo que no deja de evidenciar el cortocircuito institucional.
Pero la falta de sintonía viene de más atrás. Quizás porque Abel Caballero no deja de cuestionar ante Madrid la gestión de Porro en el puesto que él antes ocupó, ante la inminente reedición del pulso que ambos volverán a vivir a partir del próximo año en una nueva carrera por la alcaldía de Vigo.
Caballero no perdona a la presidenta del Puerto que haya puesto fin al proyecto con el que él pretendía dejar su huella en la ciudad de manos de Jean Nouvel. Por ello invitó al propio Blanco a posicionarse el pasado verano en favor del monolito con el que pensaba ubicar en el puerto el nuevo icono de Vigo.
El ministro de Fomento ha manifestado varias veces su conformidad e incluso respaldo al proyecto millonario de Nouvel, dando así su apoyo a Caballero frente a la responsable de una institución que depende de su departamento, aunque ella no. «No se puede hacer nada al respecto», la presidenta del puerto es autónoma y solo da cuenta y se somete al consejo de administración de la Autoridad Portuaria, pero la verdad es que no la entendemos», señala un alto cargo de Fomento para el que la falta de conexión es más que evidente.
«Presidir a Autoridade Portuaria non pode ser nin un trampolín electoral nin un continuo intercambio de metopas cos cruceiros que visitan Vigo», decía ayer el socialista Abel Losada por si aún quedaban dudas.