Los barcos del servicio de transporte de ría empezaron ayer a atracar en el lugar definitivo asignado por la Autoridad Portuaria. La plataforma de usuarios critica las carencias de este nuevo embarque y las molestias que representa para los pasajeros el tener que recorrer los aproximadamente 150 metros que lo separan de la estación marítima sin contar con protección alguna.
El colectivo repartió ayer unas octavillas en las que cuestiona el traslado. Considera que la decisión del Puerto responde a «caprichos e intereses privados» y representa «unha falta de respecto aos usuarios».
Dice que no existe ningún tipo de abrigo entre la estación y el embarque, ya que ni se instaló una marquesina ni protección para recorrer la distancia que separa la venta de billetes del atraque.
Denuncia que no hay posibilidad de acceder con un vehículo hasta el barco y que el pantalán, además de estrecho, no tiene protección del oleaje «¿Onde está o dique de abrigo que prometeron?», pregunta el colectivo.
«A sensación de improvisación e urxencias na posta en marcha destas instalacións se confirma coa prohibición de acceso pola segunda escaleira a través do Náutico ou, o que é máis grave, as medidas de seguridade na circulación marítima», añade la plataforma. Las medidas aprobadas contemplan el solo, insiste el colectivo, el tráfico de los barcos del servicio de ría, «ignorando» el de las embarcaciones deportivas de la dársena actual del Náutico y las previstas en A Laxe.
La plataforma remitió un informe al Defensor del Pueblo, que tramita una queja anterior sobre la situación. Espera respuesta al recurso de alzada presentado a Corina Porro. Otra de las quejas de los usuarios es la falta de protección del pantalán. «Hoxe o mar estaba en calma, pero o movemento sinuoso do pantalán xa lle valeu o bautizo de miñoca louca por parte dos usuarios con mellor humor», dice el colectivo, que reclama la construcción del prometido dique de abrigo.
Considera que el piso de madera y las palmeras plantadas en la zona que separa la estación del lugar de embarque no se pensaron para la accesibilidad y comodidad de los pasajeros del transporte de ría. La anchura del pantalán, añade, impide el paso en los dos sentidos.