La última medicina

Fernando Rey Tapias

VIGO

04 jun 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Si el triunfo ante Robin Soderling apuntó la mejoría del enfermo, la victoria frente a Andy Murray constata que ya ha recibido la última mecicinda del tratamiento. Rafa Nadal tiene el alta, ya está listo y preparado para poder ganar en la final de Roland Garros. Su crisis de confianza había empezado en Roma, a raíz de las últimas derrotas ante Djokovic. Cada partido en París fue un test para ir ganando confianza. Quemó etapas y en sus dos últimos compromisos derrotó a un top-10 y a un top-4.

Nadal sigue recuperando sensaciones. En mi opinión, jugó de forma espléndida con los elementos. Sabía que no podía hacer un tenis brillante por el inconveniente del viento racheado, y eligió la manera óptima para que ese factor no le afectase. En lugar de pegar los golpes que haría otro día, eligió los que podía hacer ayer. Esas condiciones, con tanto aire arremolinado, ponen a prueba la consistencia mental de los jugadores. Murray, aunque mejoró algo, creció como un niño mimado al que se le aceptaron actitudes negativas en la pista, todo lo contrario que Rafa, que incluso asegura disfrutar con el sufrimiento en la cancha.

Esa mentalidad permite a Nadal salir de crisis como las de este torneo. Ayer lo vimos mejor en movilidad, profundidad y ritmo de juego. Encima, y volvemos sobre lo mismo, soportó mejor la tensión en los puntos decisivos.

Es cierto que Nadal aflojó en algún momento con el marcador a favor, pero en general, ofreció muy buenas sensaciones. Nunca perdió el dominio de la situación ante un rival con unos golpes extraordinarios: una derecha en mejoría, un buen revés, una notable volea que debería explotar más, un gran saque, sabe hacer dejadas y varía su juego. Dependía de los primeros servicios y, como le sucedió ya en Montecarlo, le abandonó en momentos de tensión para equilibrar la superiorod de Rafa en el fondo.

Si Murray lo tiene todo para triunfar, pero le falta ordenarlo y mantener la tensión a lo largo d elos grandes partidos, Nadal ya está a su nivel, listo y preparado para ganar una final con todos los alicientes.