Perder la alcaldía dos veces consecutivas por poco más de dos mil votos es duro de afrontar y Corina Porro lo dejó ayer bien claro. Y ser apartada por un gobierno de coalición es complicado, pero por un alcalde que tiene muchos miles de votos menos que tú, de manera especial. Quizás por ello la portavoz del PP reclamó en público, sin duda cara a la galería, «a lexítima aspiración a gobernar do proxecto do Partido Popular. E non é un mero trámite, é a profunda convicción de casi 43 de cada 100 votantes, que non debe ser anulada polo apoio dun BNG que se apartou dun bipartito que perdeu votos». Porro anticipó que ahora el Concello vigués pasará de un «bipartito con grandes males a un monopartito feble», dudando mucho de que ese fuera el sentido del voto de socialistas y nacionalistas.