El secretario general del PP gallego y conselleiro de Presidencia, Alfonso Rueda, no pudo o no quiso ocultar esta semana en sendas entrevistas radiofónicas su convencimiento de que la dirección de su partido y Corina Porro encontrarán de mutuo acuerdo una salida para la exalcaldesa de Vigo, tras no triunfar en su tercer asalto al poder local. Con su apreciación, el número dos de los populares gallegos dio por sentado tanto que la presidenta del PP vigués no será el referente conservador en el Concello, como que el relevo al frente de su formación en la ciudad se producirá relativamente pronto. Ambas circunstancias tendrían ya de hecho el visto bueno del propio Alberto Núñez Feijoo, deseoso, según aseguran, de contar en la próxima campaña electoral de las generales en Vigo con un animador interno más activo con el que aprovechar el tirón que se supone seguirá gozando el PP en todo el Estado y no volver a bajar en votos como le acaba de ocurrir a Corina Porro, excesivamente gastada, se ve ahora, en citas con las urnas tras una sucesión sin descanso como candidata de municipales, autonómicas, generales y otra vez municipales.
Ante esa intención de relevo auspiciada por la cúpula popular gallega, surge la duda de cuándo realizarlo. Es amplio el sentir de que este debe de ser rápido, para que precisamente en las generales haya nueva dirección local. De hecho se está buscando ya un posible acomodo para ofrecerle a Porro en la Xunta a través de algún instituto o ente de la Administración autonómica. Pero también hay un sector que aboga por incluirla en el cartel del PP para el Senado. Sea como fuere y como se pacte con ella, habrá relevo y el líder no será otro que Chema Figueroa. Pero esta vez su papel no será el de mero interino, como en el mandato que acaba de concluir. Tendrá el grupo municipal a su disposición, el partido e incluso se baraja un papel estelar en el Área Metropolitana, si el organismo supralocal logra evitar las luchas partidarias que en su nacimiento van a surgir. Él le acaba de demostrar a Feijoo que es capaz de frenar los conflictos internos, como el que estuvo a punto de saltar en el comité local en el que se analizó el 22-M. Ha adoptado como guías el mantra repetido por Feijoo en campaña: «empleo, austeridad y transparencia». Y por último, ha dado muestras de su motivación para hacerse cargo del PP.
Pero la de Figueroa no será la única elección. El puerto sigue vacante, y ahí hay varios nombres que juegan paralelamente a los cambios que puede vivir el PP. Feijoo quiere un tecnócrata y que el puerto deje de ser una plataforma política. Pero un sector del PP, el llamado clan de Canido, apuesta con fuerza por José Ramón Lete, que ya forma parte del consejo portuario. Julio Pedrosa es su principal valedor, aunque la verdad es que Lete tiene la vista puesta en Madrid para hacerse con la secretaría de Deportes en un futurible Gobierno de Rajoy. Por eso, otro grupo propone al exalcalde Manuel Pérez como el elemento que puede ayudar a Figueroa en una pinza anti Caballero y fortalecer así la nueva etapa del PP vigués.