El nuevo gobierno moañés que preside el popular José Fervenza entregará mañana una copia de las llaves del campo municipal de fútbol de O Casal al Club Deportivo Moaña. El asunto no tendría especial trascendencia si no fuera porque el anterior alcalde, el nacionalista Xosé Manuel Millán, se negó siempre a hacerlo a pesar de la presión ejercida por el club y el PP y al acuerdo plenario que lo obligaba a ello.
Millán se mantuvo firme pese a las protestas de la directiva del Moaña, al polémico episodio de finales de noviembre del 2009, cuando un aficionado rompió la puerta para que los chavales de los equipos inferiores pudiesen entrar a coger sus equipajes, lo que dio pie a la intervención de la Policía Local
Los equipos de veteranos también se sumaron a las protestas duchándose fuera de las instalaciones con una manguera. Uno de ellos es el Hermanos Santomé. Jorge Santomé, el actual concejal de Deportes, fue quien prometió que si gobernaba el PP, se le entregarían las llaves al presidente del club.
El esfuerzo del anterior gobierno local para dotar a Moaña de un nuevo campo de fútbol, que supuso para las modestas arcas municipales una inversión de más de un millón de euros entre la compra de terrenos y la construcción del campo de hierba artificial con sus gradas y vestuarios, quedó empañado por la polémica surgida con las llaves.
Los moañeses se dividieron entre los que apoyaban al alcalde contra lo que consideraban excesivas exigencias de la directiva del club y los que lo criticaban a él y a la edila de Deportes, Beatriz Riobó, por lo que entendían como un capricho personal. Unos y otros se atacaron como si de un partido de rivalidad se tratase en diversas webs.
El PP se sumó plenamente a la reivindicación, acusando a Millán de prepotente. Ahora, ya en el gobierno, una de sus primera decisiones es darle al CD Moaña las llaves que reclama desde que el campo se pudo en funcionamiento.
El asunto había llegado al pleno de la corporación mediante una moción del ex concejal Euloxio Leites, que fue apoyada por los populares y socialistas. Millán perdió la votación, pero siguió negándose a entregar las llaves. Ni siquiera defendió su postura, cansado de explicarla una y otra vez sin éxito a la directiva del club.
Argumentaba que de cederlas al Moaña, también debería darles copia de las llaves de las distintas instalaciones municipales a los clubes que las utilizan. Consideraba que los dos conserjes y la limpiadora destinadas al nuevo campo de fútbol eran suficientes para garantizar el acceso de los deportistas.