Provigo no paga las deudas del Instituto de Estudios Vigueses

Jorge Lamas Dono
jorge lamas VIGO / LA VOZ

VIGO

La fundación debería haber abonado facturas por valor de 30.000 euros

21 oct 2011 . Actualizado a las 11:45 h.

La Fundación Provigo no ha pagado las facturas de los proveedores del Instituto de Estudios Vigueses durante el presente año, y el Concello de Vigo incumple los compromisos adquiridos con el instituto a través de sendos acuerdos plenarios. Son las dos ideas que ha querido transmitir ayer la directiva del Instituto de Estudios Vigueses. Su director José Antonio Martín Curty, acompañado del vicedirector Fernando Javier Costas Goberna y el vocal Jaime Garrido respaldaron sus manifestaciones con diferentes documentos.

«La Fundación Provigo no ha abonado cerca de 30.000 euros de cuentas pendientes de pago a nuestros proveedores, durante este año», señaló Martín Curty. «Provigo, por convenio, adelanta los pagos de los costes del Instituto, que luego le será remunerado por el Concello de Vigo; con estos impagos se está incumpliendo unilateralmente el convenio firmado y prorrogado indefinidamente por el patronato de dicha fundación», señaló el arquitecto. La directiva ha enviado cartas, pidiendo explicaciones al alcalde y a diferentes miembros del patronato sin obtener de momento respuesta alguna.

En septiembre de 1994, cuando se firmó el convenio entre el Concello y el Instituto de Estudios Vigueses, las partes acordaron que el Concello facilitaría un local en la Universidad Popular al instituto. Los problemas estructurales del edificio y la oposición del concejal socialista Santomé impidieron que se verificase el convenio.

Ya en el año 2000, tras un acuerdo plenario, la corporación dirigida por Pérez Castrillo facilitó el alojamiento en el edificio Asefal. «En julio del 2010, López Font nos advirtió que debíamos desalojar este edificio antes de acabar el año y, aunque hablamos con el alcalde no nos dio ninguna solución», añade Martín Curty.

«Okupas» a la fuerza

Aquella situación se reproduce este año sin que haya habido ninguna comunicación con el gobierno municipal. «Nos consideramos okupas en tanto no se nos comunique nada por escrito; no se han cumplido los acuerdos plenarios y, que sepamos, tampoco se revocaron en pleno», añade el director del instituto.

«Sinceramente, tengo la sensación de que el Concello no quiere matarnos pero sí dejarnos morir de aburrimiento; aunque ya anunciamos que no lo lograrán, de hecho, el próximo boletín serán más abultado que en otras ocasiones», concluyó.