
El más que posible descarte, debido a la crisis, de la estación de AVE de Urzaiz diseñada por Thom Mayne alimenta la historia maldita de la ciudad con los Nobel de la arquitectura
07 sep 2020 . Actualizado a las 22:45 h.¿Alguien se imagina que escritores como, pongamos por caso, Cela, Saramago, Gunter Grass, Dario Fo, Pamuk o Vargas Llosa hubiesen tenido que guardarse en el cajón bocetos de novelas inspiradas en Vigo? Pues algo similar ha ocurrido en otra de las bellas artes. Un ramillete de diseños de ilustres premios Pritzker, los Nobel de la arquitectura, nunca han visto la luz en la ría viguesa por distintas razones. El asunto lleva camino de convertirse en una leyenda negra o maldita. La última obra que empieza a tambalearse, y que amenaza con engrosar la lista de fracasos por las dificultades presupuestarias, según han confirmado a este periódico fuentes del PP, es la estación de AVE ideada por Thom Mayne.
En Vigo sigue faltando la huella de los grandes nombres de la arquitectura. Urbes españolas de un tamaño similar presumen de haber materializado obras de profesionales de talla mundial. Hoy tienen iconos que actúan como reclamo a todos los niveles. Aquí, si se toman como referencia los últimos treinta años, los trabajos de mayor proyección han sido la Ciudad Universitaria del catalán Enric Miralles y el polémico Abrir Vigo al Mar del andaluz Guillermo Vázquez Consuegra. Y luego, claro, está el sello gallego o estrictamente local aportado por nombres como César Portela, Alfonso Penela o Jesús Irisarri.
En el empeño de dotarse de referentes internacionales han fallado políticos (siempre dados a prometer sin cerrar la financiación), rectores e incluso empresarios. El Vigo que se perdió, clásico de la historia local del arquitecto Jaime Garrido, podría dar paso en nuestros días a una segunda parte, no tanto referida a los edificios que desaparecieron como a los que se proyectaron y nunca se hicieron. He aquí los más destacados.
museo del mar
El proyecto original se murió con Aldo Rossi. César Portela fue finalista al premio Philippe Rotthier en el año 2005. La mención fue por su obra el Museo do Mar de Vigo. Siempre se ha dicho que lo hizo con Aldo Rossi, y no es cierto. Al menos no en rigor. La Xunta se lo encargó al arquitecto italiano y este impuso la colaboración de Portela, con quien trabó una fuerte amistad a raíz de un seminario celebrado en Compostela en 1976. El anteproyecto inicial, que se paralizó por falta de fondos, era de ambos. Tras la muerte de Rossi, en 1997, el pontevedrés fue quien hizo el proyecto definitivo y quien lo llevo a cabo para la Zona Franca. El trabajo del Pritzker fue para una primera versión (de la que permanecería el espíritu), pero el museo resultante ofrece una tipología distinta, sobre todo la del pabellón que constituye el centro expositivo propiamente dicho.
multiusos de samil
La espantada de Álvaro Siza. Figura en su currículo: «Projecto do Palácio dos Desportos de Vigo. 1997». A comienzos de ese año, el portugués Álvaro Siza anunció en el primer encuentro luso-español de arquitectura en Lisboa que había recibido la invitación del alcalde de Vigo (en aquel entonces Manuel Pérez) para realizar un pabellón multiusos. Según explico a los presentes, el núcleo central del edificio estaría compuesto por una sala de espectáculos con capacidad para 18.000 personas, tres auditorios y diversas áreas para la práctica del deporte. La parcela elegida estaba en Samil. Siza llegó a visitarla, comió con el regidor y acordó la elaboración de un anteproyecto, para lo cual el Concello le remitió estudios geotécnicos hechos ex profeso sobre el terreno y planos topográficos. Pero el maestro luso quería definición presupuestaria para trabajar y no la tuvo. Así que dio la espantada. Curiosamente, los terrenos reservados para un Pritzker, junto a la playa, acabarían albergando otra obra de César Portela, la Casa de las Palabras.
reordenación del campus
Mendes da Rocha «sine die». En el 2004, el rector Domingo Docampo llamó al brasileño Paulo Mendes da Rocha para que ordenase el campus universitario. Su apuesta para integrar los centros tecnológicos salvando el enorme desnivel del terreno consistió en unas pasarelas metálicas. Estaban concebidas como amplios corredores (12 metros de ancho) en altura a modo de calle. El proyecto determinaba el crecimiento de la Universidad de Vigo a medio plazo, ya que, de precisarse nuevas construcciones, se levantarían sobre pilastras y se descartarían más destierres y muros. En junio del 2008, el consello de gobernó de la institución académica suspendió la ejecución del proyecto de Mendes aduciendo que afectaría a algunos centros de investigación que ya estaban en marcha y que contaban con financiación. Para entonces Mendes ya era Pritzker y al nuevo equipo rector de la Universidad, con Alberto Gago al frente, no le dolieron prendas al sugerir que la idea podría acometerse a muy largo plazo, quizás a 25 o 30 años.
urbanización de massó
El forzado aterrizaje de Norman Foster. También la iniciativa privada ha acudido al reclamo de la arquitectura-espectáculo. En este caso, en la ría de Vigo. La promotora de una polémica urbanización de lujo en la vieja fábrica conservera de Massó, en Cangas, Residencial Marina Atlántico, contrató a sir Norman Foster en el 2005 para darle el mayor empaque posible. El inglés voló en avión privado desde Mánchester para ver, personalmente, las posibilidades del lugar en el que, partiendo de lo existente, se tenían que levantar 700 viviendas, un hotel, un centro comercial y un puerto deportivo. Foster hizo fotos y, al parecer, se llevó una grata impresión. Al cabo de un tiempo su estudio presentó el diseño con todo lujo de detalles. Pero la fuerte oposición vecinal y política hizo que el gobierno local desistiese de la operación, auspiciada por Grupo Atlántico y Caixanova. Habrá quien diga, no obstante, que Vigo ya luce obra del (probablemente) arquitecto más famoso del mundo: las marquesinas de las paradas de bus, que tampoco gustaron en su momento y llegó a frenarse su instalación. Otros son más serios y presumen de metros, auditorios, edificios...
peirao xxI
Sin dinero para el menhir de Jean Nouvel. La Autoridad Portuaria presidida por Abel Caballero dio a conocer en mayo del 2007, a menos de un mes de las elecciones a las que se presentaba como candidato del PSOE a la Alcaldía, que el arquitecto francés Jean Nouvel (en colaboración con el equipo del santiagués Xerardo Estévez) había ganado el concurso para la ordenación del área central del puerto. El proyecto Peirao XXI creaba nuevos paseos y prolongaba el muelle de la Estación Marítima, en uno de cuyos extremos preveía la construcción de un gran monolito con forma de menhir para alojar un hotel y un restaurante con vistas panorámicas. Tan ambicioso y polémico como carente de fondos. Llevarlo a cabo requería 260 millones de euros de inversión. El desembarco en la Autoridad Portuaria de Jesús Paz primero y de Corina Porro después supuso el entierro de la propuesta porque carecería de un plan de financiación..
nuevo ayuntamiento
El derribo de Rafael Moneo. Ya como alcalde de la ciudad, Caballero llevó a cabo una nueva pirueta, esta vez sin concurso previo. Le encargó directamente a Rafael Moneo la reforma integral de la Praza do Rei. El arquitecto navarro propuso el derribo de la actual torre consistorial y de la Gerencia de Urbanismo para dar paso a otro edificio, no muy alto y acorde con la utópica idea de Antonio Palacios de edificar en función de la orografía de la ciudad. Para facilitar su realización en tiempos de crisis, el plan incluía un centro comercial y un aparcamiento subterráneo. Pero, ¿cuánto dinero costaría? «Es algo que cae, absolutamente, fuera de nuestras atribuciones», se limitó a señalar el propio Moneo, a quien asustó la idea de malograr la Panificadora y que advirtió durante la presentación pública, en el verano del 2009, que el suyo era solo «un guion de proyecto».
estación del ave
La «faraónica» infraestructura de Thom Mayne. Que no corren buenos tiempos para los proyectos caros es una obviedad. La cabeza de lista del PP por la provincia en las últimas elecciones generales acaba de convertirse en ministra de Fomento y, de acuerdo con lo que dijo en campaña, se propone revisar el proyecto de estación de AVE del norteamericano Thom Mayne. «No sirve de nada tener una estación ferroviaria bonita si el AVE no llega», apuntó entonces Ana Pastor. Parece claro que para el nuevo Gobierno es más importante impulsar la salida directa del tren de Vigo a Ourense por la variante de Cerdedo que encontrar 181 millones de euros para levantar el complejo, que contempla un gran área comercial. Su antecesor en el cargo, José Blanco, no dejó cerrada la financiación de la estación ferroviaria, concebida en varios niveles y que se coronaría en superficie, a la altura de Vía Norte, con la creación de una gran plaza a modo de mirador sobre la ría.