En vísperas de las elecciones municipales del 2007 el gobierno de Corina Porro adjudicó a Dornier la gestión de la XER, que entonces todavía se llamaba ORA. Tan al borde del final que cuando Abel Caballero tomó posesión de la alcaldía todavía seguía la anterior concesionaria, Estacionamientos y Servicios.
El grupo municipal socialista criticó el proceso de adjudicación y su primera decisión tras volver al poder fue revisarlo. De entrada, en julio de este año, anunció que los suspendía y que los técnicos iban a revisarlo. Unas semanas después, sin embargo, optó por darle vía libre y en septiembre Dornier se hacía con la gestión.
A partir de ese momento se sucedieron los problemas en el seno de la concesión. Con la plantilla fueron muchas las incidencias, hasta el punto de que se produjo la primera huelga en la historia de la zona azul viguesa. Tensiones derivadas de cambios en los horarios, vestuario y otras cuestiones laborales se sucedieron en estos años, incluida la protesta de los trabajadores por tener que controlar las dos horas de tope de aparcamiento de forma manual.
Con el gobierno local también se han producido enfrentamientos, el más reciente por la inclusión de publicidad del párking de Lavacolla en los tickets de estacionamiento. El concejal de Tráfico, el socialista Carlos Font, pidió a Dornier su retirada, pero no fue escuchado.