Tras casi un año en el cargo, José Manuel Figueroa espera ser designado de forma oficial tras las autonómicas
19 ago 2012 . Actualizado a las 07:05 h.Gobierna en Madrid, dirige la Xunta, tiene una amplia mayoría en la Diputación. El PP concentra en estos momentos amplísimas parcelas de poder pero en Vigo se encuentra en la oposición. Pese a ello es el primer partido en votos y concejales, pero, como en ocasiones anteriores, le ha faltado un edil para lograr la mayoría absoluta y con ella la ansiada alcaldía de la mayor ciudad de Galicia.
Este revés provocó hace un año la salida de Corina Porro después de tres intentos de hacerse, por vía electoral, con el sillón municipal. Ante este nuevo fiasco el PP hizo correr el banquillo y su número dos en la última década se convirtió en el portavoz municipal y también relevó a Porro en la presidencia del partido.
Este último cargo siempre lleva aparejado en el PP la precandidatura a la alcaldía, pero en este caso las altas instancias dejaron claro que no era así. En otras palabras, que José Manuel Figueroa puede ser el rival del socialista Caballero, pero a día de hoy todavía no lo tiene garantizado.
Camino a despejar
En el PP todos tienen claro que la decisión se adoptará después de las autonómicas y en ella tendrá un carácter determinante el resultado electoral que se alcance. Vigo es importante para revalidar la mayoría en la Xunta y, logrado este objetivo, si en la mayor ciudad de Galicia las cifras son positivas Figueroa tendrá despejado el camino para aspirar por primera vez a la alcaldía.
Dentro de su dilatada biografía política en la actualidad es el concejal más veterano de la corporación municipal, a la que accedió en 1987, y desde esa fecha ha mantenido el cargo sin interrupción. Sin embargo nunca ha sido candidato y hasta el revés definitivo de Porro no era una opción que se hubiera puesto sobre la mesa.
En este contexto de espera la tranquilidad en el PP es la nota destacada. Con un poder territorial apabullante y siguiendo su tradición personalista no existen movimientos internos a la espera de que las urnas confirmen que Feijoo seguirá como presidente de Galicia, que es la verdadera preocupación.
Esto parecía garantizado meses atrás, especialmente a la vista de los problemas que atraviesan sus partidos rivales, los dos, por cierto, sin candidato definitivo para enfrentársele. Sin embargo, la crisis económica ha puesto el objetivo un poco más difícil y todos lo saben.
Por ello, resolver la candidatura de Vigo no es todavía hoy una prioridad.