El BNG lo solicitó hace un año y el PP dice que si hay demanda debe hacerse
23 jul 2013 . Actualizado a las 07:00 h.El BNG lo solicitó hace un año y ahora lo secunda el PP. Los dos grupos de la oposición municipal están de acuerdo en que si no hay otra solución, como parece, la plaza de la Princesa debería declararse ZAS (zona saturada de ruido). Al menos, con la ordenanza antibotellón se impediría beber alcohol en la calle, fuera de los establecimientos existentes, y se evitarían muchas de las peleas que tienen su origen en el estado de embriaguez de los protagonistas. Vecinos y propietarios de los negocios se quejan del creciente deterioro social de este espacio y se han dirigido al Concello y a la Policía Nacional en busca de soluciones.
Ayer, el alcalde aseguró que «no es un problema de botellón ni de ruido, sino más complejo, que requiere de muchos sectores y lo tenemos bien enfocado».
Cuando el BNG solicitó hace un año al gobierno local que adoptara medidas ante un problema que se agravaba día a día y proponía aplicar la ordenanza antibotellón (ZAS), el alcalde respondió algo similar: «en esa plaza no hay botellón, hay otra cuestión y hay que tratarla como lo que es».
El concejal nacionalista Santiago Domínguez advirtió recientemente al gobierno municipal del empeoramiento de la situación en el Casco Vello de Vigo, tanto en materia de seguridad, como en atención social y limpieza.
Ayer, el portavoz del PP en el Concello, José Manuel Figueroa, secundó la postura anterior con relación a la posibilidad de declarar la plaza de la Princesa zona acústicamente saturada: «Evidentemente si hay una demanda y una situación grave, hay que adoptar las medidas necesarias; lo vamos a estudiar». Recordó que fue él quien vivió el proceso de poner en marcha esas zonas y se preguntó qué ha sido de la comisión de ruidos. «Ahora ha desaparecido la presión, porque atacar al PP es más fácil, aunque exista el problema», dijo. Entiende que después de haber avanzado tanto en este problema, es muy grave dejar que se vuelvan a reproducir los hechos. Pide al gobierno municipal que lo afronte y lo solucione.
Empresarios y residentes se quejan del agravamiento de la situación con aumento de robos, peleas y suciedad, entre otros muchos detalles. Aseguran que lejos de mejorar, en el último año ha empeorado y que en la actualidad ni, siquiera la presencia de la policía persuade a las personas que habitualmente crean los conflictos.
La mayoría de ellas son ciudadanos que carecen de techo y que se niegan a acudir al albergue público o centro de inserción social. Otras veces no reúnen las condiciones para acceder a esas dependencias, de ahí que vivan en la calle.
Ante las llamadas de vecinos y empresarios, los agentes reconocen que no pueden hacer más de lo que hacen, ateniéndose a la normativa.