Acuerdo para facilitar un lugar de atención digno a drogopendientes

Juan Manuel Fuentes Galán
Juanma Fuentes VIGO / LA VOZ

VIGO

La oposición obliga al PSOE a rectificar tras un mes de polémica con Sereos

10 sep 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

No se sabe dónde será, si en el Casco Vello o en otro barrio de la ciudad, pero el programa Sereos de atención a drogodependientes (café caliente, bocadillos, entrega de jeringuillas y asesoramiento) y personas sin recursos volverá a tener una sede física y esta se conocerá en el plazo máximo de un mes. Y no menos relevante: antes de tomar la decisión se consensuará con los colectivos que trabajan en este campo, El Imán principalmente, y con los grupos de la oposición.

Cuarenta días después de que el alcalde decidiera cerrar la sede de Sereos, que lleva década y media instalada en un bajo municipal de Elduayen, la presión combinada de los dos grupos de la oposición forzó un cambio de rumbo a la espera de que el acuerdo se cumpla, lo que ni mucho menos sucede siempre con las mociones en el Concello. Mientras tanto seguirá funcionando como en las últimas semanas en una furgoneta en Jacinto Benavente, lo que ha provocado todo tipo de críticas ya que se considera un trato indigno.

Al tratarse de un asunto delicado como la atención a un colectivo marginado, ninguno de los grupos se expresó con libertad. Sobre el salón de pleno sobrevoló el motivo real por el que Caballero decidió alejarlos del centro de la ciudad, que no es otro que la protesta de los comerciantes y hosteleros de la zona. Y por esta misma razón buscó la ubicación en las inmediaciones de Jacinto Benavente.

Cambio generalizado

Por el si el gobierno socialista se ha visto obligado a desdecirse, algo parecido le ha ocurrido a la oposición. Santiago Domínguez (BNG) reconoció que no fue una buena idea su sugerencia de llevar Sereos al centro de inclusión social de Marqués de Valterra, que linda puerta por puerta con un colegio.

Igualmente, el PP, autor de la moción, finalmente decidió dejar de lado su exigencia de que Sereos volviera a Elduayen. Por el medio se había conocido el pronunciamiento de la asociación de vecinos contraria a asentar de manera definitiva la atención a los drogodependientes en el barrio histórico dado el malestar que genera su instalación durante todo el día en la céntrica plaza de la Princesa.

Resolver este entuerto en la fase en que se encuentra no va a ser sencillo para el gobierno municipal. De hecho, la oposición censuró a Caballero y a su concejala de Benestar Social, Isaura Abelairas, por mover Sereos de Elduayen sin tener una ubicación alternativa que contara con acuerdo político y social.

Si el nuevo local se mantiene en el Casco Vello será preciso convencer a los vecinos del barrio. Y si no lo está, hacer entender a los residentes en la nueva zona elegida los motivos de asumir lo que otros no han querido no será fácil.

Y por medio está El Imán, que en todo momento se ha mostrado partidario de mantener el servicio municipal en el Casco Vello. El consenso generalizado, pues, será casi un milagro.

Al margen, PSOE y BNG, con la oposición del PP, acordaron ayer pedir a la Xunta que integre en la Consellería de Sanidade el servicio Cedro (centro de drogodependientes) del Concello.