Uno de los dos multamóviles no está en funcionamiento desde hace meses

María Jesús Fuente Decimavilla
María Jesús Fuente VIGO / LA VOZ

VIGO

La puesta en marcha de estos automóviles hace casi una década supuso una revolución en el control del tráfico y las multas.
La puesta en marcha de estos automóviles hace casi una década supuso una revolución en el control del tráfico y las multas. óscar vázquez< / span>

El vehículo ha sido descartado por el Concello por las sucesivas averías

04 oct 2013 . Actualizado a las 11:31 h.

Las multas de tráfico impuestas en las calles de Vigo por el multamóvil se reducirán este año a la mitad. Al menos así tendría que ser si se tiene en cuenta que uno de los dos vehículos existentes no funciona desde hace meses. Las sucesivas averías han llevado al Concello de Vigo a prescindir de él y a desmantelar sus funciones como multamóvil, ejercidas por un ordenador y dos cámaras en la parte superior.

Con el objetivo de sacarle rendimiento, el coche ha sido adaptado para uso habitual como cualquier turismo y es utilizado para el traslado de policías en misiones concretas, entre otros usos.

Su retirada se ha dejado sentir en las calles de la ciudad, sobre todo, en el aparcamiento en doble fila, una de las funciones en las que este tipo de vehículos hace más hincapié, junto con el estacionamiento de turismos en las paradas del autobús, en zonas de minusválidos y en espacios de carga y descarga. La avenida de las Camelias es uno de los viales en los que más se los echa en falta. Debido a las obras de humanización, el aparcamiento en doble fila suele ocasionar grandes retenciones de tráfico.

Los problemas con los multamóviles vienen de atrás. El más antiguo de los dos no pasó la preceptiva revisión de la ITV en el 2008 por no estar incluidas las cámaras en la ficha técnica original del vehículo, según explicó el Concello en su día. En concreto, la altura de las cámaras instaladas en el techo superaba lo permitido. Además, los técnicos de la ITV detectaron también problemas en las lunas tintadas y en la iluminación utilizada. Para solucionar todos estos problemas y poder sacar el coche de nuevo a las calles, se dejó su adaptación en manos de la Universidad.

El multamóvil en cuestión se había puesto en servicio en enero del 2004 con el gobierno municipal de Corina Porro y en aquel momento supuso una gran novedad para el control del tráfico. El gobierno local logró que Citroën le cediera el vehículo, mientras que el Concello se hacía cargo de su adaptación para la vigilancia del tráfico por medio de un equipo informático y de cámaras, de ahí que estos detalles no aparecieran en la ficha técnica. El coste de los mismos supuso 36.000 euros para las arcas municipales.

El contratiempo ocurrido con este primer vehículo hizo temer al gobierno municipal que el segundo seguiría el mismo camino, algo que finalmente no ocurrió al tener los papeles en regla. En este caso el multamóvil fue aportado por la empresa Dornier, la misma que gestiona el aparcamiento en zona azul o la XER. Como el anterior, se trata también de un modelo C3, pero con diferencias sustanciales en el equipamiento con relación al primer coche.

Las apariciones y desapariciones de los dos multamóviles han sido una constante desde su puesta en marcha hace más de nueve años, muchas veces injustificada por las autoridades.