A PP y Marea les ha dejado menos de la mitad de la planta octava, pero los socialistas siguen sin ocupar el resto
10 ago 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Los sucesivos gobiernos municipales disponen tradicionalmente de todo el Concello vigués, excepción hecha de la planta octava, donde se ubican los grupos de la oposición. Sin embargo, el gobierno socialista decidió en junio que tienen tanto derecho como los demás a una parte de dicha planta, lo que no tienen que discutir con nadie ya que disponen de mayoría absoluta.
Por ello, Carlos Font, portavoz del PSOE, trasladó a PP y la Marea que tendrían que apañarse con 120 de los más de 250 metros cuadrados disponibles. En el primer caso, con un único despacho de 20 metros (donde trabajan y reciben las visitas tres concejales y una asesora). Y el PP un par de despachos con algo más del doble de espacio para siete concejales y dos asesores.
El resto de la planta se la ha reservado el PSOE, pese a que cuenta con la Alcaldía, la tenencia de Alcaldía y los despachos para sus concejales en las distintas dependencias. Este hecho provocó malestar en los dos grupos de la oposición, pero sus quejas no han servido para nada.
Sin embargo, de momento no se ha visto por la planta octava a ningún concejal del PSOE, salvo Font de visita, ni al personal de confianza contratado por los socialistas (una decena).
Antes de que se produzca el reparto definitivo se están llevando a cabo obras en la mitad de la planta, ya que los despachos adjudicados al PP se encuentran en mal estado. Humedades, suelos con desconchones, persianas estropeadas, etcétera. Estos trabajos se llevan a cabo con mucha calma y de momento no han concluido ni hay fecha.
A la espera de lo que pueda ocurrir, los populares se han negado a desalojar las oficinas que ocupaban en el mandato anterior y que ahora, salvo novedades, serán para el PSOE. Insisten en que sin persianas y sin el arreglo de las humedades, las oficinas que dan al noroeste son inutilizables.
Por su parte, la Marea reiteró a Font su demanda de que se dejara un despacho amplio libre para que pudiera ser utilizado por los tres grupos para recibir visitar numerosas (directivas de asociaciones o cualquier otro colectivo), una petición que no ha sido atendida hasta ahora.
La única ocasión en que el gobierno mantuvo oficinas en la planta octava (con el gobierno del PP de Corina Porro), transcurrieron los tres años sin que ningún concejal popular se acercara por sus dependencias, que siempre estuvieron cerradas y sin uso. Falta por saber si se repetirá la situación mientras la oposición trabaja con estrecheces.