Sanidade prepara cambios en la dirección para calmar el hospital

Ángel Paniagua Pérez
Ángel Paniagua VIGO / LA VOZ

VIGO

El gerente del área sanitaria de Vigo, Félix Rubial, en una imagen de archivo de una protesta.
El gerente del área sanitaria de Vigo, Félix Rubial, en una imagen de archivo de una protesta. M. Moralejo< / span>

El gerente reprocha a los jefes de servicio que hagan público su malestar

20 nov 2015 . Actualizado a las 10:03 h.

La fractura abierta entre los jefes de servicio de los hospitales públicos de Vigo y la dirección del área sanitaria está lejos de cerrarse. Y en la Consellería de Sanidade crece la preocupación. En Santiago no cuentan con aliados con liderazgo dentro de un hospital cuya puesta en marcha costó el puesto a la conselleira Rocío Mosquera. Solo les quedaban, con sus tiras y aflojas, los jefes de servicio. Por eso, buscan como recomponer la complicada rebelión de los mandos intermedios. Un día después de que anunciasen su «pérdida de confianza» en la dirección para resolver los problemas del Hospital Álvaro Cunqueiro, el propio presidente de la Xunta agradeció su trabajo.

Y, a su manera, anunció cambios. Es una manera de tratar de calmar a los jefes de servicio. Alberto Núñez Feijoo subrayó que, tras el nombramiento de Jesús Vázquez Almuiña como conselleiro, «supoño que producirá distintos cambios; primeiro cambios organizativos e sobre a forma de enfocar os problemas; e despois, cambios de persoas». Pero, para despejar suspicacias, el presidente de la Xunta dejó claro que Félix Rubial no se mueve de la silla: «Creo que en Vigo temos un bo xerente». Al fin y al cabo, fue un nombramiento en el que él mismo se implicó.

El propio Rubial había driblado varias preguntas de los medios asegurando que no había ninguna dimisión presentada entre la dirección pero que los relevos son «unha posibilidade que está aí, que sempre estivo aí e que estará aí no futuro».

El día anterior, cuando un grupo de jefes médicos le entregaron el comunicado crítico, Rubial les dijo que no lo entendía y que él ya tenía previsto hacer cambios en la dirección, según transmitieron los médicos a sus compañeros. En el hospital se da por hecho el relevo de Javier Caramés como director de procesos sin ingreso -el responsable de los centros de salud y las urgencias- y sus dos subdirectores, Juan Lázaro y José Benito Rodríguez. También se da por segura la salida de Ana Saracho como directora de soporte. Si se confirman, caerían al menos dos directores de los cuatro que hay en el área asistencial. Podría haber más.

Pero si algo quedó patente ayer es el impacto que ha generado el posicionamiento de los jefes de servicio. Porque, a pesar de que en público el gerente anunció «autocrítica» y «máis diálogo», la reunión de unas dos horas que mantuvo con un grupo de ellos estuvo cargada de reproches. Rubial y su número dos, la directora asistencial, Mar Vélez, se reunieron con el comité técnico, al que acuden doce jefes y que tiene como fin buscar soluciones y poner prioridades a las deficiencias del Cunqueiro. Félix Rubial no reprochó tanto que los jefes de servicio hiciesen público su malestar como que este fuese recogido por los medios de comunicación, según coinciden varios de los presentes. Les afeó que esto no ocurriría en otras áreas como Santiago o A Coruña y lamentó que Vigo sea diferente. En cierto modo, le pareció una deslealtad.

Los médicos replicaron que necesitan medidas urgentes, porque si no el comité no servirá para nada. Y de eso no hubo ayer. No se abordaron cuestiones de calado que los mandos intermedios han repetido incesantemente, como un proyecto para mitigar la lista de espera -al conselleiro le avisaron de que se estaba disparando- o un plan para completar el equipamiento que necesita el hospital. Son cuestiones que ya en su día le demandaron a Jesús Vázquez Almuiña.

Sindicatos contra los jefes médicos

Los sindicatos Comisiones Obreras y CIG reaccionaron al comunicado del Foro de Jefes de Servicio reprochando la actitud que han mantenido hasta ahora. Para CC.OO., se trata de una «rectificación» provocada por la «presión de traballadores e cidadáns». Esta central culpa del «desprestixio» del hospital tanto a quien decidió hacerlo (señalan a Feijoo) como «quen fixo o traslado e quen o pilota (o xerente e o resto da dirección, incluíndo osxefes de servizo)».

En cuanto a la CIG, los jefes eran los responsables de supervisar que todo estaba en condiciones para hacer el traslado y son los «responsables de que o persoal dos seus servizos conten con todo o material necesario para traballar con seguridade». Incluso dicen que justificaron los problemas iniciales.

Los sindicatos aseguran que quieren el rescate de la concesión, pero también pactar mejoras.