¿Por qué la manifestación del hospital ya no tiene tanto tirón?

Ángel Paniagua Pérez
Ángel Paniagua VIGO / LA VOZ

VIGO

La protesta de ayer reunió a unas dos mil personas, frente a las cien mil del año pasado

04 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La manifestación de ayer reclamaba el rescate del hospital, igual que la de hace un año. Una empresa sigue gestionando la parte no sanitaria del Cunqueiro y el Sergas lleva lo clínico. El año pasado asistieron cien mil personas y este año unas dos mil. Si nada ha cambiado, ¿por qué ya no tiene tanto tirón?

Para responder a esa pregunta hay que entender las razones por las que mucha gente salió a la calle el año pasado. Las dos principales eran el aparcamiento de pago y los constantes problemas en la puesta en marcha -ratones, falta de agua para los ingresados, falta de equipamiento, problemas con las instalaciones...-. Eso, unido a la incertidumbre que generaba el cambio, generó un ambiente de enorme crispación. La guinda la puso la suspensión del traslado por la presencia de Aspergillus en el bloque quirúrgico y la muerte de una mujer en la uci sobre la que el PSOE generó la duda de si se debía a ese hongo.

La estrategia del Sergas en este año ha sido doble: dejar pasar el tiempo y escuchar a los profesionales. Lo primero parece menor, pero no lo es: el Cunqueiro ha atendido a más de medio millón de personas desde que se abrió. Son medio millón de pacientes que han recibido una asistencia sanitaria que, en general, está bien valorada.

En lo de escuchar, el conselleiro Almuiña ha demostrado su habilidad para apaciguar el hospital. Está varios días a la semana en el hospital, se ha reunido con todos -su antecesora, Rocío Mosquera, no se rebajaba-, y ha creado múltiples foros y grupos de discusión. Dentro de esa estrategia, ha lanzado un plan estratégico, para que los profesionales hablen y opinen del futuro del hospital; y un consejo asesor de pacientes. Todo, con un objetivo: que los profesionales, quemados porque su voz no se oyó en la preparación del traslado, perciban que sí que cuentan. De paso, Almuiña ha conseguido una fuerte rebaja del párking, aunque no se sepa a cambio de qué.

Así que el hospital sigue teniendo algunos problemas y sigue bajo un modelo de semiprivatización, pero cuando el ambiente está tranquilo la privatización no se nota. Y la gente no sale a la calle, aunque sea sábado.