La madre del detenido por el crimen de Salceda da una coartada a su hijo

c.p. VIGO / LA VOZ

VIGO

M.Moralejo

Doscientas personas exigen libertad para Jürgen Wilfried Karau

19 jun 2019 . Actualizado a las 23:11 h.

Unas doscientas personas se concentraron ayer en Salceda de Caselas para exigir la puesta en libertad de Jürgen Wilfried Karau, el joven de 29 años detenido el pasado fin de semana como sospechoso del asesinato de Soufian Mraha, de 24 años, en la misma localidad. Los concentrados clamaron la inocencia del conocido como el «alemán», asegurando que nadie en el pueblo vio en la madrugada del sábado 8 de junio a Jürgen en la zona de pubs de Salceda, donde se desencadenó el incidente mortal.

«Estaba en casa durmiendo. Llegó a las tres y media y a las ocho se fue a trabajar», atestigua en declaraciones a La Voz Angélica, madre del detenido e involucrado en el crimen que se perpetró a las 5,45 horas de aquella madrugada. «No hay nada contra él, no hay pruebas y no puede haberlas porque él no fue a esa zona en esa noche, es más, casi nunca sale, y quienes le conocemos sabemos que es un chico tranquilo, no tiene incidentes con nadie y hasta se echa a llorar si te enfadas con él», añade Brais, amigo del detenido y uno de los organizadores de la concentración de ayer.

Según los datos reunidos por allegados de Jürgen, solo hay en su contra, que ellos conozcan, «un único testimonio de una persona que dice que vio de espaldas a una joven rubio y de acento alemán o ruso», apuntan, mientras advierten que su amigo, al que también llaman Tony, habla castellano y gallego a la perfección. «No tenía la ropa con la que le describen», dice la madre que insiste en que «es inocente, pedimos Justicia, que se aclare todo y lo pague quien lo haya hecho».

Angélica relata que su hijo está «muy bajo de moral y a tratamiento en la cárcel, y nos pide que le ayudemos, que busquemos pistas, porque él no lo hizo y siente dolor de la otra familia también». Afirma que el chico carece de antecedentes penales

«El problema fue que cuando fue detenido, autorizó el registro de su casa y no cumplió con las órdenes de la Guardia Civil de estar callado y le dijo a su madre que declarase que había llegado a casa a las tres. Eso parece que le ha perjudicado, pero fue una cuestión de nervios, no de inventar una coartada», asegura Brais.

Madre y concentrados aguardan a los resultados de una rueda de reconocimiento que está programada para esta semana, en la que el posible testigo tendrá que ratificar su versión. «Estamos recogiendo nombres y perfiles de gente que se rumorea estaba en el lugar del crimen esa noche y que responde a descripciones como la de nuestro amigo y le entregaremos la lista a la Guardia Civil y que la investigue. Pedimos justicia para Jürgen y también para el chico asesinado», sigue portavoz del grupo reunido ayer.

«Mi madre me dijo la mañana del sábado que había el rumor de que lo habían detenido. Me enfadé con ella, porque es imposible que alguien piense algo así de Tony. Le llamé y le dije de que le estaba esperando la Guardia Civil para detenerle, y no me creyó. Hasta tuve que escribírselo para que me hiciera caso. Y me dijo que él no había estado en el lugar del crimen. Nadie lo pudo ver, porque no fue», reitera Brais. Explica que antes de llegar al lugar de su detención, el ahora joven encarcelado le volvió a llamar para decirle que volvía a su casa después de trabajar, sin hacer ademán de escapar, «quería que se aclarase todo».