El museo del talento

Isidoro Hornillos

VIGO

05 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Julia Vaquero forma parte de una de las etapas más prestigiosas a nivel internacional del fondo español. Hoy, día 5 de julio del 2021, se cumplen 25 años del récord de España de 5.000 metros en pista, todavía vigente (14:44.95). La hazaña la realizó en la pista talismán de Oslo (Noruega), sede de grandes gestas del atletismo mundial.

Desde entonces, solo dos atletas se han aproximado a la plusmarca de la gallega. Primero fue la palentina Marta Domínguez, que registró 14:48.33 en la ciudad francesa de Saint-Denis en el 2003. Después, ya en el 2011, la valenciana Dolores Checa al parar el cronómetro en unos excelentes 14:46.30, también en Oslo, pero insuficientes para superar a Vaquero.

Aparte de estas tres atletas mencionadas, ninguna otra bajó de los 15 minutos en esa distancia olímpica de los 5.000 metros. Lo normal es que, más pronto que tarde, la también gallega Carmela Cardama, acceda a ese selecto club de sub15 minutos.

Cierto es que los récords están para batir, pero cuando pasan tantos años sin ser superados, surgen preguntas para intentar comprender qué motivos originan estas situaciones.

No obstante, el caso de Julia no es único en el atletismo español a lo largo de la historia. Otras ilustres corredoras superan la longevidad de los récords de la gallega: Sandra Myers, en las tres pruebas de velocidad (100 m. en 11.06, 200m. en 22.38 y 400 m. en 49.67), rebasando ya los 30 años; Maite Zúñiga en 800 (1:57.45), batido en 1988; Mónica Pont en Maratón (2:27.53) con más de 25 años; Cristina Pérez en 400 metros vallas (55:23), realizado en 1988, o incluso el propio 4x400 metros de la Selección Española (1991).

Sin duda, el talento deportivo es el más importante. Julia Vaquero Sousa tenía, o mejor dicho, posee, ya que todavía sigue participando en la categoría máster, unas condiciones genéticas muy propicias para afrontar los máximos esfuerzos de resistencia.

Pero el talento tiene fecha de caducidad si no es acompañado por una adecuada planificación deportiva. En este sentido, hay que resaltar la figura del técnico vigués Alfonso Ortega que se responsabilizó de Julia con un gran bagaje experimental al haber dirigido previamente a otros históricos del fondo español como Carlos Pérez y Javier Álvarez Salgado.

La capacidad competitiva de Julia es otra de las claves. Hay atletas talentosos, bien dirigidos, pero la presión de la alta competición les pasa factura y no rinden al nivel esperado. La gallega nunca defraudó.

La ambición deportiva, por encima de la apetencia económica, es también determinante. El ser capaces de renunciar a carreras que pueden suponer beneficios financieros pero que implican poner en riesgo el objetivo prioritario de cada temporada, es decisivo. Julia no tuvo tantas tentaciones en su época gloriosa, entre otros motivos porque la enorme oferta de carreras de ruta surgió años más tarde.

Por supuesto, el propio esfuerzo diario de la gallega a la hora de entrenar y de interpretar con eficacia lo que conocemos como el entrenamiento invisible (alimentación, descanso, hábitos saludables?) y que, en definitiva, implica también una cultura de la disciplina, absolutamente determinante en el alto rendimiento deportivo.