Las sospechas rodean las muertes de Vigozoo

Antón lois AMIGOS DA TERRA VIGO@TIERRA.ORG

VIGO

Amigos da Terra solicita a la Xunta los informes de las últimas inspecciones veterinarias

12 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

El pasado sábado, leíamos en La Voz la noticia de las muertes no naturales en Vigozoo. Nos hizo recordar aquel abril del 2000, cuando una presunta jauría de perros adiestrados para matar acabaron con la vida de cinco antílopes, cuatro gamos y un canguro. Fue realmente extraño, para empezar la eficacia de la jauría que no dejó ningún animal herido y su rapidez, pues apenas media hora antes los operarios del zoo no advirtieron nada anormal. El suceso nunca se aclaró ni se localizó a ningún culpable.

Pero sin llegar a masacres como aquella, el goteo de muertes en circunstancias extrañas nunca dejó de ser frecuente en Vigozoo y en las hemerotecas encontramos ejemplos como el de la jirafa de la que se ocultó su muerte, el canguro muerto en casa del entonces director y un largo etc.

Las explicaciones ofrecidas por el Concello sobre la denuncia de esta semana generan todavía más dudas. Por ejemplo, se afirma que los tigres tienen una vida media de unos diez años (por lo que la tigresa del zoo, con once, superaría la media), pero no dicen, y es un matiz muy relevante, que esa es la vida estimada en la naturaleza. En cautividad, al tener acceso a cuidados y atención veterinaria, su vida media supera los veinte años. Suponemos que la insuficiencia renal que padecía era conocida y estaba siendo tratada, pero eso no hace menos grave que se muera ahogada sin poder salir del foso. No sería una excepción. Recuerden que, cuando en su día se inauguró el espacio para los osos, el foso carecía de apoyo para salir, y nadie se dio cuenta. Cuando la primera osa decidió darse un baño un operario tuvo que lanzar una valla de obra para que consiguiera salir.

Sobre el lémur declara el Concello que la causa de la muerte fue un fallo multiorgánico. Nos surge una duda: si su estado de salud estaba tan deteriorado y era irreversible, ¿por qué no se plantearon la eutanasia en lugar de dejarlo agonizar quién sabe cuánto tiempo? Por otra parte, ante el argumento de que algunos lémures prefieren dormir a la intemperie, solo podemos recordar a los responsables del zoo que existen métodos para persuadir a los animales para que entren en sus refugios cubiertos. Tampoco es ninguna novedad; por su mala orientación y sus deficientes instalaciones, no resultaba excepcional desde que se inauguró que muchos animales originarios de zonas cálidas muriesen de frío.

En cualquier caso, sobre la mayoría de las muertes denunciadas el Concello no aporta información alguna, por lo que hemos solicitado a la Xunta los informes de las últimas inspecciones veterinarias que, según dicen, se realizaron anualmente. Lo lógico sería solicitar la información directamente al Concello, como responsable del zoo, pero la experiencia nos enseñó que suele ser mejor buscar la información por otras vías. Analizaremos esos informes en cuanto nos lleguen, aunque estas muertes en extrañas circunstancias ya están denunciadas ante el Seprona.

El alcalde anuncia un cambio radical en Vigozoo, y es curioso porque recordamos su defensa numantina cuando en el 2009 estuvo a punto de cerrarse por incumplir la normativa europea, o su orgullo al celebrar el 40 aniversario del mismo (como anécdota recordar que en esas cuatro décadas carecía de licencia municipal de actividad). Desconocemos la fecha exacta en la que se cayó del caballo camino de Damasco el regidor vigués, pero hasta no hace mucho consideraba modélico y ejemplar el mismo Vigozoo que hoy, con la misma intensidad hiperbólica, ve como absolutamente intolerable. Tampoco sabemos si todas esas reformas anunciadas han sido consensuadas con la comunidad de montes de Teis, propietaria de los terrenos en los que ?según sentencia judicial firme? el Concello está de okupa. En cualquier caso, bienvenido sea que, mejor tarde que nunca, el alcalde termine dando la razón al menos en parte a las entidades ecologistas que desde hace décadas venimos reclamando el cierre del zoo.