Povisa se encamina de nuevo a la huelga por la congelación salarial y la parálisis del concierto
VIGO
La empresa no toca las nóminas porque no ha llegado a un acuerdo con el Sergas y los sindicatos acuerdan movilizarse
24 mar 2023 . Actualizado a las 00:22 h.El conflicto laboral ha vuelto al Hospital Povisa, la segunda mayor plantilla privada de Vigo, con 1.500 trabajadores. Los sindicatos acordaron ayer convocar movilizaciones para después de Semana con la intención de que desemboquen en una huelga, previsiblemente la semana del 17 de abril, según fuentes de varios sindicatos del comité de empresa. Todas las secciones (CIG, CC.OO., Unenf, SGPS, Satse y UGT) están de acuerdo, salvo Omega. La medida lleva semanas cociéndose a fuego lento y se formalizará la próxima semana.
El jueves está fijada una reunión del comité y la dirección empresarial para la negociación del convenio laboral. Salvo sorpresa, el viernes se celebrará una asamblea de trabajadores y se pondrán en marcha las movilizaciones.
El problema de fondo es doble. Por un lado, el convenio laboral está congelado desde hace trece años. Esto significa que los salarios no se han tocado, salvo el año pasado, cuando, ante una convocatoria de huelga, la dirección del hospital propuso un acuerdo puente para subir el salario un 2,5 % mientras se negociaba el convenio; era una medida temporal, pero el año terminó y no hubo ni convenio ni nueva actualización.
En Povisa, los sueldos siempre han sido superiores a los del convenio sectorial de referencia, que es el provincial de la sanidad privada. Pero los trabajadores suelen medirse con las nóminas del Sergas, ya que el hospital forma parte de su red, al tener asignados a 125.000 usuarios de la sanidad pública. El salario del personal público ha seguido creciendo en estos años, conforme subía la inflación.
Las negociaciones del convenio comenzaron hace meses, pero la empresa ni siquiera ha hecho una propuesta salarial. Según coinciden fuentes de varios sindicatos, primero los directivos dijeron que esa parte de la negociación quedaría para el final. Ahora, la empresa dice que no puede presentar una oferta hasta que tenga clarificado el futuro del concierto, el contrato que tiene firmado con el Sergas para atender a una parte de la población del área de Vigo y que supone más del 70 % del negocio.
Y este es el segundo problema. El concierto venció en agosto, tras ocho años. Ahora hay dos prórrogas anuales. Al menos sobre el papel, la negociación podría alargarse otro año y medio.
Como el motivo que esgrime la empresa para no subir los salarios es la parálisis en la negociación del concierto, la CIG solicitó una reunión con la gerente del Sergas hace unas semanas. En ese encuentro, Estrella López-Pardo dijo al sindicato que el concierto podría seguir operando incluso cuando acabasen las dos prórrogas previstas, ya que se podría forzar una continuación «por interés público». Así lo aseguran fuentes que conocen el contenido de la reunión, aunque la Consellería de Sanidade no lo corrobora ni da ninguna información sobre esa entrevista. También transmitió que el concierto será similar en tamaño al actual.
Con este concierto, el Sergas paga 504 euros a Povisa por cada paciente asignado y el Sergas asume el gasto de la parte más cara de la farmacia. Serían 70 millones al año si Povisa tuviese el máximo permitido de 139.000 pacientes. Pero está en 125.000.
La negociación del concierto no está nada clara. Se lleva desde Valencia, sede central del Grupo Ribera Salud, sin que participe la dirección del hospital y con absoluto mutismo. Los jefes de servicio, poco sospechosos de apoyar las movilizaciones sindicales, reconocen que están muy preocupados por la situación, ya que el hospital declara pérdidas desde que entró en vigor el contrato actual, del 2014. Y el gerente y la directora financiera del hospital, Rafael Cabadas y Luisa Sánchez, abandonan sus cargos a petición propia a finales de este mes.
A la incertidumbre sobre el futuro del concierto se suma ahora, de nuevo, la conflictividad laboral. Povisa ya vivió movilizaciones, entre el 2011 y el 2014, con despidos, manifestaciones y huelgas. Precisamente, cuando el futuro del hospital no estaba claro porque el Sergas y la empresa no llegaban a un acuerdo acerca del concierto. La movilización, ahora, vuelve.