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Los «afrentadores» del National Geographic no tienen en cuenta que las entradas en puerto de los buques congeladores se notifican con días de antelación y se inspeccionan
05 ago 2023 . Actualizado a las 18:58 h.Nuestra capacidad de asombro se ha visto superada por el adelanto interesado del documental del Nacional Geographic, en el que se acusa a la flota gallega no solo de pesca ilegal y al puerto de Vigo de comercializar capturas I.U.U. (es decir, ilegales, no declaradas y no reportadas), además de hacer comentarios netamente peyorativos y con clara intención de hacer daño, de tráfico de drogas y tabaco, más propios de la novela de Nacho Carretero que de un sector pesquero responsable, como el de hoy en día, que vela por los recursos pesqueros desde hace muchos años, porque hacerlo es asegurar su futuro y el abastecimiento alimentario de la Unión Europea que, no lo olvidemos, ya importa el 70 % de los productos pesqueros que consume.
Desconocen los autores del documento, aunque puede que intencionadamente lo oculten, que la flota pesquera española, y por extensión la comunitaria, está controlada satelitalmente las 24 horas, es decir, geolocalizada en todo momento, y que sus patrones comunican capturas a bordo a sus autoridades de control todos los días, siempre antes de las 24 horas. Tampoco parecen tener en cuenta los «afrentadores» del National Geographic que las entradas en puerto de los buques congeladores se notifican con días de antelación y se inspeccionan, y las de pesqueros al fresco se notifican a la Autoridad Portuaria que corresponda en una «comunicación de arribo» que se verifica tras la descarga, que igualmente se inspecciona.
El problema de este tipo de reportajes viene a ser que se toma un hecho aislado y se extrapola a toda la flota y se considera, sin más, que todas las empresas o un número no despreciables de ellas son culpables, incluso de arrasar o terminar con los recursos pesqueros, cuando siempre son los propios pescadores, y esto deberíamos tenerlo meridianamente claro los principales interesados en que las distintas pesquerías se encuentren en su mejor estado posible, es decir, en Rendimiento Máximo Sostenible. Son los propios pescadores, porque de su estado depende su próxima marea, este mes y el siguiente, este año y el que viene, esta generación de pescadores y la próxima, que velará por los recursos pesqueros, si queremos seguir alimentándonos con proteínas de calidad.
Resulta igualmente llamativo que un medio de comunicación tan prestigioso como el National Geographic, al menos hasta ahora, busque notoriedad o tirada de ejemplares con reportajes de esta naturaleza. ¿Que en el pasado lejano algún barco capturó bacalao de profundidad/róbalo sin licencia? Pues seguramente. ¿Que se ha perseguido, se persigue, y defendemos que se haga, a los que practican pesca ilegal, no declarada y no regulada? Por supuesto. Para eso están las autoridades de control de los distintos estamos miembros y los estados costeros. ¿Que se ha interceptado y detenido a algún pesquero con droga a bordo? No lo podemos negar. Pero eso no quiere decir que en Galicia o en Vigo sus flotas, absolutamente controladas por inspectores del MAPA, de la Xunta, de la Guardia Civil, de la Agencia de Control de la Pesca y por los propios satélites que circundan el planeta, practiquen pesca ilegal o se dediquen al contrabando. Antes, al contrario.
El artículo de National Geographic no tiene en cuenta u oculta el acérrimo control al que están sometidos la flota y los puertos gallegos. ¿Táctica de hacer ruido para vender más? ¿Y cómo se recupera el crédito sectorial dañado injustamente?
Qué pena que, habiendo pasado por Vigo, la conductora del documental no haya escuchado esa píldora de sabiduría popular que por estas tierras reza: «Sentidiño, pouco pero que non falte». Qué pérdida de oportunidad que no se haya destacado que el sector mar-industria crea empleo, riqueza, salud y resulta absolutamente estratégico en la cadena alimentaria.