La distancia entre Gran Sol y el puerto de Vigo se mide en kilómetros, no en millas

Alejandra Pascual Santiago
alejandra pascual VIGO / LA VOZ

VIGO

MONICA IRAGO

Más del doble de las descargas de pescado del caladero del Atlántico Norte en O Berbés ya llegan por carretera. Razones logísticas y el precio del gasoil explican una tendencia más acusada desde el «brexit»

05 dic 2023 . Actualizado a las 00:42 h.

La distancia que separa el puerto de Vigo del caladero del Gran Sol se mide cada vez más en kilómetros y no en millas. Menos muelles y más autopistas. Ese parece ser el mensaje. En el 2016, las descargas de la flota que trabaja en esas aguas del Atlántico Norte que llegaron a la ciudad por vía terrestre superaron a los envíos marítimos por primera vez en la historia. En O Berbés se comercializaron 3.585 toneladas de productos pesqueros que viajaron en camiones desde las islas británicas, frente a las 2.428 que fueron desembarcadas. Aquello no fue algo circunstancial, sino el inicio de una tendencia que se fue consolidando durante los siguientes años (2017, 2018 y 2019) y que se ha acentuado tras el divorcio histórico del brexit, consumado en enero del 2020.

Los envíos de pescado por carretera ya son los más recurridos por parte de los armadores con negocio en las aguas del Reino Unido. En el 2022, las descargas de camiones duplicaron a las de barcos, según los datos que maneja la Cooperativa de Armadores de Vigo (Arvi), que advierte que se trata de los movimientos de las empresas que forman parte de esta asociación, pero que es representativa debido a su nivel de actividad.

«Lo habitual ya es que descarguemos en puertos irlandeses, fundamentalmente en Castletown, para enviar por camión o por ferri hasta Santander o Francia y, desde ahí, hasta Vigo», indica el presidente de los armadores, Javier Touza. Explica que O Berbés continúa siendo el destino más frecuentado porque en su lonja se concentra el mayor número de compradores de especies de Gran Sol, como rape o gayo, y se establecen precios más competitivos.

Los envíos por tierra se han consagrado debido al factor económico, el tiempo y la logística. Esta circunstancia permite a los armadores permanecer cerca de los caladeros y evitar sobregastos en combustible, con un precio disparado desde la invasión rusa en Ucrania. Sobre los segundos, lo que está en juego es un producto extremadamente perecedero y que el trayecto terrestre permite ganar varios días de diferencia a los desembarcos (teniendo en cuenta el viaje de vuelta de los barcos, frente a contenedores y camiones que suelen alquilarse).

Antes del brexit, la ruta terrestre ya era la más recomendada entre la flota de Gran Sol, pero la salida del Reino Unido de la Unión Europea ha implicado un cambio en la normativa con efectos notorios sobre el sector pesquero, al que se le han impuesto trabas aduaneras y burocráticas del tipo sanitario y pesquero, entre otros. En el 2020, cuando se consumó la separación de la UE, las descargas de camiones en Vigo superaron las 4.000 toneladas. Diez años antes, esta cifra era de 1.200 toneladas.

Otra lectura es la caída significativa de las descargas en O Berbés de la flota de Gran Sol desde en la última década, que supera el 30 %. El cómputo de pescado que llegó hasta Vigo en el 2012 (por tierra y mar) sumaba 8.345 toneladas, según los datos de Arvi. En apenas diez años, esta cifra ha caído hasta las 5.794 toneladas registradas en el 2022. La bajada ha sido paulatina y todo apunta a que continuará.

Los movimientos entre O Berbés y Gran Sol no son los únicos que han experimentado una brusca caída. La pesca en general ha perdido peso en el puerto vigués en cuestión de cinco años. En el 2017, los muelles olívicos movieron más de 89.000 toneladas de productos del mar. En el 2020, la cifra descendió hasta 36.796 toneladas, según las estadísticas oficiales de Puertos del Estado. Comenzó una tendencia a la baja que prosigue hoy en día: en el 2022, pasaron por Vigo solamente 34.009 toneladas de pescado.

Retoman la idea de aprovechar la línea de Stellantis entre Bouzas y Liverpool

Esta semana, la Cooperativa de Armadores de Vigo (Arvi) se ha reunido con las administraciones para volver a analizar la posibilidad de aprovechar la ruta que Stellantis acaba de estrenar entre la terminal de Bouzas y Liverpool. Desde Vigo industrias auxiliares de la automoción y la propia multinacional envían piezas para la producción de vehículos en la planta británica de Ellesmere Port, que acaba de reinaugurarse. Pero a la vuelta los barcos vuelven con menos carga o incluso vacíos. El sector pesquero plantea la posibilidad de aprovechar la ruta de retorno y cargar los buques con contenedores frigoríficos con pescado. Javier Touza insiste en que se trata de una propuesta en fase de estudio.