El menú del día: 8 euros en el norte de Portugal, 12,90 en el sur de Galicia

Alejandra Pascual Santiago
alejandra pascual VIGO / LA VOZ

VIGO

Un trabajador de Fronteira Gastrobar muestra el menú del día que ofrecían el pasado jueves por 8,5 euros. De primero servían crema de verduras y de segundo bacalao gratinado. El local está muy próximo al puente internacional con Tui y recibe a muchos gallegos
Un trabajador de Fronteira Gastrobar muestra el menú del día que ofrecían el pasado jueves por 8,5 euros. De primero servían crema de verduras y de segundo bacalao gratinado. El local está muy próximo al puente internacional con Tui y recibe a muchos gallegos M.MORALEJO

Gallegos cruzan la frontera a diario para comer y ahorran de media 5 euros

10 ene 2024 . Actualizado a las 00:54 h.

Cruzar un puente que no llega a los 400 metros es suficiente para comer más barato de lunes a viernes. Los menús del día de Valença y Tui reflejan la diferencia de precios a un lado y otro de la raia: 5 euros. En Portugal, todavía basta un desembolso medio de 8 euros para saciar el apetito con dos platos, bebida y postre. Cuesta creerlo a este lado de la frontera, en Galicia, donde el coste medio alcanzó los 12,90 euros en el 2023, de acuerdo a un estudio elaborado por la patronal Hostelería de España y Edenred. Son setenta céntimos más que el año anterior. El bolsillo lo nota.

Muchos residentes del sur de Galicia, mayormente trabajadores, coinciden en que la diferencia de precio del menú del día no es poca y muchas jornadas cambian de país para sentarse a la mesa. «He cogido la costumbre desde que descubrí que me puedo ahorrar hasta cinco euros viniéndome a Valença», explica Adrián Montenegro, que trabaja en el sector sanitario y se ríe cuando piensa en que ocho euros por un menú del día «en España es algo como muy del 2015». Ha echado cálculos y, como muchos otros trabajadores de O Baixo Miño, O Condado o A Paradanta puede ahorrarse cien euros al mes. El menú del día luso compensa el kilometraje.

Un trabajador del restaurante Taberna do Caniço, en Valença, muestra la pizarra del menú que ofrecían por 8 euros esta semana.
Un trabajador del restaurante Taberna do Caniço, en Valença, muestra la pizarra del menú que ofrecían por 8 euros esta semana. M.MORALEJO

La oferta para encontrar menús asequibles y por menos de 10 euros no es escasa. Además es nutritiva, como dicta la tradición de esta institución gastronómica también en España. El pasado jueves, por ocho euros, en Taberna do Caniço en Valença do Minho servían de primero un caldo y de segundo a escoger entre arroz de feijao, filetitos de pollo o salmón grelhado. A mayores, bebida, café y postre. Tiago Gama atiende el local. «Desde el covid tuvimos que subirlo dos euros», dice, como con resignación. Declina, por ahora, la idea de subirlo como ocurrió en España en el 2023, «la gente tiene que trabajar», dice. Con gracia, explica que son los miércoles de feria y los sábados cuando recibe más gallegos, que representan una parte del negocio. «¡Llenan el restaurante! Los sábados, de hecho, les preparamos un plato único, que suele ser bacalao o picaña». Como es fin de semana, suben el precio. Por el pescado piden 14 euros y por la carne, 11.

Al lado del puente

Fronteira Gastrobar es otro ejemplo muy ilustrativo por su cercanía con el puente internacional de Tui. Es el primer negocio que se encuentra nada más cruzar la frontera, ya en suelo luso. Su distancia con el río Miño podría medirse en pasos. La proximidad con Galicia es evidente y su responsable, Diogo Ribeiro, la explica así: «De lunes a viernes, tenemos un 50 % de clientes gallegos y un 50 % portugueses. Los fines de semana son más, un 70-30 %». De nuevo, el caldo o el plato de cuchara se da por descontado como primer plato, mientras de segundo ofrecían, por ejemplo, el pasado jueves un bacalao gratinado. La oferta incluye postre, café y bebida. «Hay que hacer mucha gimnasia con las elaboraciones y los platos para que salga rentable», explica Ribeiro. Como en otros negocios, en la pandemia tuvo que subir un euro el menú, «pero llevamos dos años sin tocarlo». Aunque él sí que opina que pronto la hostelería tendrá que ejecutar una nueva subida de precios. Fue una consecuencia directa de la inflación, que en el 2022 alcanzó el 7,8 %, récord en la historia del país en los últimos treinta años, según el Instituto Nacional de Estadística luso. Justo enfrente, en Tui, en dos restaurantes recurridísimos para el menú del día, como son la Tapería Época o La de Manu, piden 13 euros por el completo.

A lo largo de la raia, en la orilla portuguesa, hay más ofertas. En Vila Nova de Cerveira (municipio portugués que se encuentra frente a Tomiño) en la pizzería Piazza ofrecen un menú del día también por 8 euros que se compone por una sopa o caldo y un segundo a escoger entre pasta o pizza. Precio de récord lo ofrecen en el restaurante Davide Afonso, que lleva el nombre de su fundador. Su cocina está especializada en la gastronomía tradicional portuguesa y sirve menús a residentes fronterizos por siete euros: primero, segundo, café, postre y bebida.

El país vecino ha retirado el IVA cero en alimentos básicos y España lo deja hasta junio

Que la vida es más barata en Portugal que en España es un hecho desde hace décadas. Pero la diferencia de precio del menú del día es una cuestión llamativa si se tiene en cuenta la disponibilidad y la cercanía con que el sector de la hostelería puede hacer la compra a un lado u otro de la raia, aprovechando las mejores ofertas en la lista de la compra. Por ejemplo, muchos gallegos apostaron este año por desplazarse hasta los lineales lusos para adquirir más barato un elemento tan esencial de su dieta como es el aceite de oliva. El precio medio del virgen extra de marca blanca en Galicia el pasado otoño alcanzó los 8,72 euros el litro frente a los 6,89 a los que se puede comprar el luso en cuanto se cruza el Miño. El ahorro era de 1,83 euros por litro, que no es poco. Y los vecinos lusos, por su parte, se aprovechan del coste más económico del carburante en España o de los cosméticos y la perfumería, que en Portugal soportan un IVA del 23 %.

Los hosteleros de Fronteira Gastrobar consideran que la distancia de precio en el menú del día está directamente influida por la diferencia en el salario mínimo interprofesional en ambos países ibéricos. En el país luso, el salario en el 2023 se estancaba en 760 euros (en el 2024 está previsto que suba a 820) mientras que en España es de 1.080 euros en 14 pagas. Es decir, en Portugal, si quieren vender, no pueden cobrar mucho más. «Un menú del día está pensado para gente trabajadora. ¿Cómo vamos a cobrarles más? De hecho, desde el covid, que tuvimos que subir los precios, hay mucha más gente que prepara en casa su almuerzo para comer durante la jornada laboral», explica otro trabajador de Fronteira Gastrobar.

En cuanto a la cesta de la compra, se da otra semejanza entre España y Portugal. En el 2023, ambos países apostaron por reducir o aniquilar el IVA de una serie de alimentos considerados de primera necesidad para paliar la inflación, pero la exención fiscal se ha disipado en momentos distintos. El Gobierno luso puso fin a esta medida el pasado viernes y una lista de 46 alimentos ya han recuperado su carga fiscal del 6 %, aunque los distribuidores ya han advertido que podría dispararse hasta el 10 %. España, sin embargo, apostó por prolongar la exención fiscal hasta junio del 2024. Al 4 % se mantendrán pan, harina, leche o quesos o huevos, mientras al 5 % estarán rebajados el aceite o la pasta. Puede fomentar los viajes a Galicia.