Raúl Comesaña, nacido en Matamá, es el autor de la gran escultura de la iglesia del Carmen
24 feb 2024 . Actualizado a las 23:13 h.«Ser grato y veraz». Así definía Raúl Comesaña Covelo su trabajo escultórico, del que han quedado numerosos ejemplos en Vigo, aunque algunos de ellos no están identificados. Nacido en Matamá en 1933, el artista tuvo su taller en Pereiró, muy próximo a la entrada el cementerio. En una entrevista que le hicieron en 1962, Comesaña Covelo reconocía que se había iniciado en la escultura a los doce años, cuando tallaba madera con una navaja mientras cuidaba el ganado de la familia. Adquirió los conocimientos técnicos en la Escola Municipal de Artes e Oficios a través de sus maestros Carlos Sobrino y Maximiliano Vidales, este último un artista de gran prestigio y amigo de Picasso. Raúl Comesaña pudo completar sus estudios en la Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid, ciudad en la que también trabajó en el taller de imaginería Casa Grandá.
Raúl Comesaña comenzó a destacar en Vigo a finales de los años 50 y comienzos de los 60. En esa época realizó varios bustos de personajes destacados de la burguesía viguesa, como Julio Vieira, Jesús Freire o Javier Sensat. Pero la obra que le encumbró entre los grandes escultores de su época fue la Virgen del Carmen que preside la iglesia del mismo nombre, situada en Pi y Margall y las Camelias. Decía en 1963 que había tenido la colaboración de seis canteros y que había empleado piedra de Castrelos y mármol, este último material para confeccionar la cara de la virgen.
En 1960, el escultor participó en la primera Exposición Regional de Arte del Museo Municipal Quiñones de León, junto a otras figuras de la escultura, como Xoán Piñeiro y Camilo Nogueira, entre otros. Y a partir de 1962, Raúl Comesaña está presente con su obra en la antigua sala de exposiciones de la Caja de Ahorros Municipal de Vigo, cuando aún estaba situada en el lateral de la calle de Colón. Ahí presentaba sus trabajos más artísticos, tanto en piedra como en madera. En esa misma sala se pudo ver por primera vez, en 1966, su homenaje a Martín Códax, que hoy en día está junto a las taquillas del auditorio de Castrelos. Fue adquirida por el Concello de Vigo por 80.000 pesetas. En torno a esta pieza hubo cierta polémica debido a que Xoán Piñeiro había manifestado públicamente que estaba trabajando en un proyecto similar. De esta época también surgió una rivalidad profesional con el también escultor Manuel Coya.
Curiosamente, en 1967, El Pueblo Gallego recogía la noticia de que el artista de Matamá había recibido el encargo de un colegio norteamericano para realizar un busto de John Fitzgerald Kennedy, el presidente asesinado en Dallas unos años antes.
En abril de 1969, el Concello de Vigo, con el alcalde Portanet al frente, hacía un homenaje a la ciudad de Ourense en la calle del mismo nombre. En un acto, al que acudió el entonces regidor ourensano, fue inaugurada una fuente presidida por una figura sinuosa denominada Manantío, que tiene muchas similitudes estilísticas con el Martín Códax. Hoy en día está junto a la puerta del Colegio Doctor Fleming.
No fue la única fuente pública que afrontó el artista. A finales de los años sesenta realizó una en la calle del Marqués de Alcedo, en la subida a O Castro, denominada Leiteira, y otra, en la Gran Vía, en el tramo que se dirige hacia As Travesas, en la que un hombre ofrece agua desde un cántaro, que fue denominado Viticultor debido al escenario que lo rodea. En ambos casos, son relieves de una gran virtud técnica situados sobre un plano cuadrado.
También destacó Raúl Comesaña en la elaboración de cruceiros, un trabajo a medio camino entre la cantería y la escultura artística. Realizó varios en distintos puntos de Galicia e incluso en lugares tan alejado de esa tradición como Alicante. Fue ese caso un regalo de las diputaciones gallegas a la ciudad levantina. Pero en Vigo también se puede ver un cruceiro esculpido por Comesaña. Es el que está situado en la plaza de América, en el lado próximo a la avenida de Castelao. En el fuste se abre una hornacina donde se sitúa una imagen de la Inmaculada, que está rematada por la Cristo crucificado.
Obra religiosa
Quizá por su estancia en el taller de imaginería madrileño, Raúl Comesaña realizó varias esculturas para panteones del cementerio de Pereiró, aunque ese trabajo todavía no está perfectamente documentado y atribuido a su autoría. También recoge la prensa de la época que en esa misma época, realizó cerca de doscientas figuras «representativas de misterios religiosos» para el cementerio de Coruxo.
En ese mismo ámbito, realizó para la antigua iglesia de Alcabre una escena religiosa de la huida a Egipto, un san Antonio para Matamá o una réplica del Apóstol Santiago del Pórtico de la Gloria. En 1970 también se inauguraba, en la fachada principal de la iglesia de San Andrés de Comesaña, una placa dedicada al sacerdote Camilo Fernández Fandiño. Tiene la curiosidad de que está presidida por un busto en bronce, casi de bulto redondo, del homenajeado.
Ese mismo año, el general Francisco Franco, a través de la Obra Sindical de Artesanía, nombraba a Raúl Comesaña Artesano ejemplar, la más alta distinción que se daba entonces al trabajo artesanal en España, condición que no sabemos si cayó bien en una persona que se consideraba un artista. «Empleo granito, bronce, mármol o hierro, pero basándome siempre en un gran respeto por el dibujo; le concedo fuerza a la expresión conceptual, dejando a un lado los detalles anecdótico», explicaba el artista en una entrevista publicada en el diario El Pueblo Gallego.
En 1977 realizó en barro una máscara mortuoria de Urbano Lugrís, fallecido unos años antes en Vigo. Y, ya en el año 1990, nueve años antes de morir, firmaba un busto de Carlos Gardel, que se puede ver en un pequeño parte situado junto a la avenida de Buenos Aires, en Teis.