Jorge Pérez, portero para no correr y vestir de largo

X.R.C. VIGO

VIGO

XOEL GIL / BM CANGAS

Cclave en el triunfo del Cangas en Las Albericia con su 40 % de paradas, el aragonés comenzó en la portería para abrigarse y no pasar frío en su Zaragoza natal

26 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Jorge Pérez (Zaragoza, 2000) se hizo portero de balonmano porque no le gustaba correr ni ir de pantalón corto. En el patio del colegio Corazonistas La Mina hacía demasiado frío en el invierno aragonés y Jorge pensó que el pantalón largo y la sudadera eran el mejor refugio. Con esa indumentaria, creció y despuntó para que el Barcelona se lo llevara a La Masía con 14 años y después de cuatro de formación con el club azulgrana, dio el salto a Logroño y desde el verano pasado defiende la portería del Cangas. Al maño le tocó cubrir la vacante de Javi Díaz y el pasado sábado, en Santander, se convirtió en un factor clave en el triunfo trascendental ante el Sinfín con un 40 % de paradas. «Lo firmo todos los días», comenta entre risas.

Jorge Pérez siempre fue portero. «No me gustaba correr», recuerda de sus primeros pasos en un deporte al que llegó en edad escolar, con nueve años. El frío hizo la segunda parte y le empujó de un modo definitivo hacia la portería. «Entrenaba en un patio de colegio, en enero hacía mucho frío en Zaragoza y yo veía a los porteros mayores que iban en pantalón largo y con su sudadera y yo muriendo de frío con el pantalón corto. Me dije: ‘Me pongo de largo, yo portero 100 %'. Me metí portero para no correr y no pasar frío», cuenta con naturalidad.

Aquel friolero creció, alcanzó el 1,90 y se convirtió en un portero de Asobal que terminó en Cangas de la mano de Moyano. «Conocía a Nacho de jugar contra el en infantiles en la selección de Madrid. Me llamó, me comentó el proyecto, jugar de local en O Gatañal es una experiencia que quería probar y me animé», recuerda. Cuando dio el sí, Jorge ya sabía lo que le esperaba, por eso no tacha de año complicado el actual. «En Cangas este es un año normal. Ya sabes que vas a sufrir hasta el final, pero aquí todo el mundo me trata muy bien y estoy genial». Su llegada, además, coincidió con el adiós del gran Javi Díaz. «Una eminencia, un porterazo», comenta Jorge, que no esconde que «no se trataba de un reto nada fácil».

Pero el zaragozano ha ido creciendo con el paso de la temporada. Frente al Bidasoa y el Nava firmó grandes partidos y en La Albericia se doctoró. «La verdad es que estuve bastante bien, la defensa me ayudó mucho desde el principio y me metí rápido en el partido». La consecuencia fueron 14 paradas de 35 lanzamientos y dos penaltis detenidos de cuatro intentos: 40 % de paradas en total, su mejor ratio de toda la campaña. Como todas las semanas, el portero había preparado la contienda a conciencia, con vídeos y visionando algún partido del rival. «Yo los partidos siempre los preparo igual, de una manera profesional, sin cambiar muchas cosas. Da igual quién sea el rival», asegura.

En esta ocasión, su aportación resultó clave para un triunfo liberador, ya que ganar al Sinfín significó dejar el descenso directo a cinco puntos y el golaveraje con siete jornadas por jugar. «El triunfo nos deja muy contentos y muy tranquilos para afrontar esta última parte de la temporada sin la presión de ir cada jornada con el agua al cuello, aunque somos conscientes de que el trabajo no está hecho y queda mucha liga», comenta un portero que tuvo como referencia a Sterbik y que ahora se fija en Niklas Landin, Pérez de Vargas y Andreas Wolff.

El esprint final de liga

Ganarle al penúltimo de la liga (era el segundo triunfo de la temporada tras ocho empates), le abre al Cangas el horizonte, le permite mirar hacia arriba y pensar que la salvación sin pasar por el play off es muy difícil, pero no imposible: «Matemáticamente puede pasar de todo y no te puedes relajar. Tenemos una diferencia que nos permite mirar también para la parte de arriba, aunque Cuenca nos saca seis puntos y Valladolid, siete, pero el equipo está motivado y esto es un subidón de moral».

Sus dos predecesores, además, tendrán que pasar por O Gatañal antes del final de liga, un feudo que el sábado visita un Ademar en racha. «Viene en una muy buena racha, hizo partidazos con el Sinfín y Cuenca, está en un gran momento, su portería está parando una barbaridad, pero jugar en O Gatañal nunca es fácil. En Cangas cualquiera puede pinchar». La moral por las nubes de cara la recta final de temporada.