Una «fiesta del balonmano» que disfruta toda jugadora que la vive

LA VOZ VIGO

VIGO

Xoán Carlos Gil

Cuatro deportistas hablan de los derbis Porriño-Guardés

27 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El derbi entre Porriño y Guardés marca a las jugadoras de casa, que lo viven desde niñas en las diferentes categorías hasta llegar a sénior, y contagia a las demás. Cuatro ex de alguno de los dos equipos o de ambos hablan de lo que supone lo que todas coinciden que es «una fiesta del balonmano gallego». Y en la que este año está en juego el pase a las semifinales por el título de liga en División de Honor femenina.

Bárbara Cerqueira

«Nunca olvidaré el primer derbi contra mi hermana»

Bárbara Cerqueira jugó en los dos equipos y siente mucho cariño hacia ambos. «Los derbis me traen recuerdos muy bonitos. Aunque haya esa rivalidad, fuera de la pista estábamos mucho juntas», cuenta. Habla de «fiesta del balonmano gallego» y le vienen a la cabeza «los nervios y las ganas de jugar ante un pabellón lleno, que era lo más bonito». Su derbi más especial entre alrededor de una treintena fue el primero en el que se enfrentó a su hermana Ana cuando pasaron a estar una en cada equipo. «Fue el primero desde que salí del Guardés y recuerdo llorar cuando dijeron mi nombre. Más allá de la rivalidad entre equipos, estar en contra de mi hermana fue difícil, pero cada una tenía que luchar por lo suyo».

Laura Morais

«Los derbis son emoción pura»

Para la ex del Guardés Laura Morais, los duelos entre estos dos equipos son «pura emoción y ganas de disfrutar», destacando «todo lo que envuelven, no solo a nivel deportivo o competitivo». «Han ganado mucho a nivel mediático, ahora suena el himno, que yo solo lo recuerdo con la selección gallega y me emocionaba mucho. De mi época los recuerdo ya como partidos emocionantes que todo el mundo quería jugar», ahonda. El que más le marcó fue en juveniles y acabó en derrota de su equipo. «A pesar de la frustración de perder, estaba la emoción de compartirlo con compañeras de toda la vida que aún hoy son mis amigas».

Sara Gil

«Son dos aficiones que lo dan todo por su equipo»

Sara Gil estuvo cinco años en el Porriño y asegura que vivió los derbis «como si fuera una más, porque se contagia fácilmente». «Se juntan dos aficiones que lo dan todo por su equipo, pero a la vez, el respeto es absoluto pese a ser partidos de máxima rivalidad», comenta. Se queda especialmente con aquellos que disputó como local. «Ver el pabellón lleno entre nuestra gente y la que venía de A Guarda era increíble. Cualquiera de los que ha jugado ha sido emocionante», apunta desde su inmenso cariño al club: «En el Porriño fue donde crecí como jugadora y di el salto para poder ir con la selección y, luego, al Bera Bera».

Alba Dapena

«Estos partidos son 100 % balonmano»

Para Alba Dapena, que defendió ambas camisetas, los derbi son «emoción y balonmano 100 %». No hay uno que no haya disfrutado: «Todos son especiales e importantes en su momento». Sí que le fue complicado la primera vez que se enfrentó a su exequipo cuando cambió, «pero arropada por las compañeras y el público, es más fácil y se te pasan los nervios». Va con un Porriño al que acude a ver al pabellón siempre que le es posible.

En un derbi «nunca hay favorito» pese al resultado de la ida

El Porriño ganó por un gol en la ida al Guardés, si bien lo único que cuenta es el triunfo, con independencia de la diferencia de tantos entre ambos equipos. Así, el conjunto de Isma Martínez golpeó primero al vencer fuera de casa y tener el segundo partido y la posible prórroga en campo propio. Sin embargo, las exjugadoras de los equipos huyen de esa etiqueta y defienden, independientemente de sus preferencias personales, que puede pasar de todo.

«No creo que haya favorito», sentencia Alba Dapena, que va con el Porriño, pero también se alegraría por gente del Guardés en caso de que fuese este el equipo vencedor. «La victoria en A Sangriña es un plus para el Porriño, pero tienen que salir sin pensar que tienen ya esa victoria. Y este año ha habido poca diferencia entre los dos equipos», señala defendiendo que no hay nada escrito todavía.

Morais cree que el formato es «muy interesante y que le da más emoción». Y también pone sobre la mesa que para el Guardés, jugar en O Porriño es casi como hacerlo en casa, dada la cercanía, que facilita el desplazamiento. «Es verdad que el Porriño tiene el punto a favor de la vuelta en casa y, encima, habiendo ganado fuera. Pero también le puede jugar una mala pasada si salen más confiadas. El Guardés no va a dar nada por perdido, sino que irán a luchar», vaticina.

Cerqueira valora, por un lado, «las ganas con las que vendrá el Porriño» después de haber ganado el primer asalto, y por otro, «la fuerza de un Guardés que también se va a sentir en casa», coincide con Morais. Por eso prevé otro partido igualado y ve factible la posibilidad de la prórroga; si se llega a ese punto, piensa que el cansancio será más determinante que el factor cancha.

Gil, por su parte, considera que el Porriño afronta esta vuelta «con un punto a favor», pero incide en que lleva toda la temporada «jugando muy bien» y con un estilo que a ella le «fascina». «Creo que tienen todas las de ganar», señala sin ocultar su deseo de que se metan en las semifinales por el título.