El poder divulgador de la pintura religiosa

Jorge Lamas Dono
jorge lamas VIGO / LA VOZ

VIGO

Iglesias del área de Vigo muestran murales realizados desde comienzos del siglo XVI

19 may 2024 . Actualizado a las 02:06 h.

El área del sur de la provincia de Pontevedra no es tan rica en pintura mural religiosa como otras zonas de Galicia. La explicación más probable es que no se haya conservado porque, desde la Edad Media, un gran número de templos católicos fueron pintados en sus interiores para reforzar la divulgación de los mensajes religiosos, como también se hacía a través de la escultura. En los últimos años, en varios templos parroquiales se han recuperado murales que estaban ocultos desde hacía mucho tiempo y, por qué no, podría seguir sucediendo en el futuro.

Este es el caso de la iglesia de San Nicolás de Prado, en Ponteareas. A finales del siglo pasado, fue localizado un impresionante mural policromado de 48 metros cuadrados realizado hace unos quinientos años. Su mal estado de conservación requirió la actuación de una empresa especializada en restauración. Estas pinturas narran episodios de la vida de Cristo y de la Virgen.

En el año 2008, la Consellería de Cultura impulsó una restauración global de la iglesia de Santa María de Castrelos, una de las joyas arquitectónicas del románico vigués. Las pinturas murales de este edificio están situadas en la pared norte de la nave. Allí se sitúan unas escenas en las que se representan una epifanía, la misa de San Gregorio y un Cristo en majestad, creados entre finales del siglo XV y principios del XVI.

La iglesia de San Bartolomé de Rebordáns, en Tui, es un tesoro patrimonial en distintos ámbitos. En este caso, la pintura mural se encuentra en un lugar preponderante del templo, ya que preside el ábside. Según los expertos, estas pinturas son del siglo XVI. Representan escenas de la pasión de Cristo, bajo una cúpula celestial en la que están presentes numerosas estrellas, la luna y el sol. En la parte más baja se sitúan dos ángeles.

Más curiosa es la historia de la recuperación de la pintura del baptisterio de San Mamede de Pedornes, en el municipio de Santa María de Oia. El párroco, Daniel Goberna, descubrió que tras una capa de pintura, en la pared más próxima a la pila bautismal, había imágenes. Convenció a sus feligreses de la necesidad de recuperar aquella muestra de su patrimonio artístico. Tras una campaña de ahorro colectivo, pudieron reunir el dinero necesario para contratar a una empresa de restauración, y pudieron contemplar una escena del bautismo de Jesús en el río Jordán.

En el año 2019, la empresa de restauración Acanto SL, de Vigo, acometía el trabajo de recuperación de un mural en la iglesia parroquial de Santo André de Valladares. La pintura fue localizada tras un cortinón. Tras un laborioso trabajo, los expertos pudieron recuperar una escena de la crucifixión de Cristo. Tiene el valor añadido de incluir una visión idealizada de la ciudad de Jerusalén. Fue titulado como el mural del Calvario. Está situado en una hornacina, ubicada en el lateral derecho del templo.

En el año 2008, la Consellería de Cultura también realizó acciones similares en la iglesia de Santa Mariña de Vincios, donde se desarrollaron trabajos restauradores por un valor de 87.522 euros, de los que más de la mitad se volcaron en las pinturas murales (23.750 euros) y en los retablos laterales (33.814 euros). Esta recuperación había comenzado dos años antes, cuando el párroco Santiago Pérez decidió realizar algunas obras en el templo. Tras la retirada del altar, salieron a la luz varias representaciones policromadas de escenas del Nuevo Testamento en muy mal estado de conservación. En mejores condiciones se encontraba una imagen de Cristo, que apareció después de quitar el falso techo.

También fue objeto de restauración la iglesia de Santa Baia de Mos en el 2023. Nuevamente, Acanto S.L. abordó la actuación en el presbiterio, donde se encuentran las tumbas de los marqueses de Mos. En esa zona, hay restos pictóricos en el arco de entrada, en la bóveda y en los sepulcros.

Las pinturas murales de la iglesia del monasterio de Santa María de Oia son bastante distintas a las vistas hasta ahora. Están situadas en el muro que sostiene el arco triunfal y en el intradorso del mismo. Tienen una estructura de carácter heráldico-propagandístico a modo de tapiz. Presidiendo el conjunto está la corona real y, a ambos lados, se sitúan dos águilas que sostienen los escudos de Castilla y León, y de la orden del Císter, impulsora del conjunto monástico. Se completa el mural con las figuras de los reyes Alfonso VII y Sancho III de Castilla. En el intradorso del arco se pueden ver doce medallones circulares con emblemas de abadías y órdenes militares-religiosas relacionadas con el Císter. En este conjunto aparece la fecha de 1777.

Serbeira

En la capilla de San Telmo, en la catedral de Tui, se pueden ver dos pinturas, una dedicada a la resurrección de Cristo, y, la otra, al martirio de Santa Liberata. Los expertos señalan que estas pinturas podrían haber sido hechas en el taller del portugués Felipe Serbeira, residente en Tui en 1600, a quien también atribuyen el mural de la iglesia de San Bartolomé de Rebordáns. En la iglesia de Santa María de A Guarda hay varias tablas pintadas. Cuando se restauró esa zona apareció la firma de Juan de Padilla, un pintor que trabajó en el área de influencia de Tui a finales del siglo XVI. En la iglesia guardense se sitúan 18 tablas en el arco triunfal, los dos altares laterales de la cabecera y la sacristía. Está documentado que los Serbeira, padre e hijo, realizaron trabajos también en O Porriño y Baiona a comienzos del siglo XVII.

También son espectaculares las pinturas murales de la iglesia de Santa Maria de Sela, en Arbo. Cubren la totalidad de la bóveda cañón después de la cornisa de piedra que rodea el prebiterio y han sido datadas de mediados del sigo XVIII. El espacio de la bóveda se divide en 16 casetones, con 15 escenas sobre la Pasión de Cristo.