La DEA relacionó a través de un teléfono la conexión entre el alijo del Karar y los acusados en las Rías Baixas

Javier Romero Doniz
Javier Romero VIGO / LA VOZ

VIGO

Algunos de los detenidos durante el juicio.
Algunos de los detenidos durante el juicio. M.MORALEJO

Las defensas solicitaron la nulidad del único policía que declaró este miércoles por usar anotaciones sobre la investigación sin pedir permiso al tribunal, que le retiró las notas y dejó proseguir su declaración; el juicio podría prolongarse más allá del verano por las más de 90 personas citadas para testificar

23 may 2024 . Actualizado a las 00:54 h.

Vincular procesalmente los 3.824 kilos de cocaína decomisados en abril del 2020 a bordo del remolcador Karar con la organización atribuida a Santórum en las Rías Baixas (acusada de salir a recoger el millonario porte) derivaría en una sentencia condenatoria para los detenidos en Galicia. En las primeras sesiones del juicio se expuso que las coordenadas para encontrarse en alta mar y trasvasar la droga a planeadoras aparecían anotadas en una carta náutica hallada en el puente de mando del remolcador, y en el registro de la nave de Sanxenxo usada de manera regular por Juan Carlos Santórum y otros acusados. En la vista de ayer, un agente de la investigación relató que existe un segundo vínculo entre el alijo y los arrestados en las Rías Baixas: el teléfono móvil de Fidel Barroso (presunto responsable de surtir de planeadoras a la organización atribuida a Santórum y otras) contactó a través de llamadas perdidas o en las que nadie habló y acabaron tras contados segundos con un teléfono usado a bordo del Karar.

El dato para ubicar ese teléfono en el Karar lo aportó la agencia antidroga de los EE.UU. la DEA, a la Policía Nacional en un comunicado anterior al abordaje. El agente explicó que al tener conocimiento del número que llamó a Barroso tras recibir este una llamada desde el mismo terminal, compartieron el código numérico con bases de datos internas. Y fue ahí cuando surgió el comunicado de la DEA enviado en marzo del 2020 a la sección cuarta de la Brigada Central de Estupefacientes, especializada en tráfico de cocaína. El comunicado decía que ese número y su terminal viajaban a bordo del Karar junto a casi cuatro toneladas de cocaína tras zarpar de Panamá.

El único agente que declaró ayer (sin terminar su declaración al final de la mañana) relató también, siempre a preguntas de la Fiscalía, que las reuniones o gestiones de Santórum y del resto de investigados en las Rías Baixas tendrían como única finalidad preparar la salida en dos planeadoras a aguas abiertas para citarse con el Karar. Relató encuentros en naves industriales en donde se manipulaban embarcaciones deportivas, pedidos de productos como pintura para trabajar en las naves y reuniones entre investigados y otras personas que no están sentadas en el banquillo de los acusados pero sí relacionadas con el tráfico de drogas. Una de ellas reside en la La Línea de la Concepción, Cádiz, se apellida Marchena, tiene antecedentes por tráfico de drogas y trabajaría para el conocido clan de los Castaña; la mayor organización importadora de hachís de Europa hasta su detención hace dos años.

La vista celebrada este miércoles estuvo marcada por dos incidencias. Una la protagonizó el único agente que declaró como testigo. Ocultó su identidad tras un biombo y utilizó nueve hojas manuscritas a modo de guion para recordar fechas de seguimientos y qué personas estaban en cada uno. El agente, a diferencia de su compañero que declaró el martes y pidió permiso para ayudarse de otras anotaciones, usó las notas hasta que las defensas lo detectaron y pusieron el grito en el cielo. Las notas fueron revisadas por las magistradas del tribunal, el fiscal y las defensas, que solicitaron la nulidad de la declaración de este agente. En otros motivos, alegaron que el funcionario habló y documentó seguimientos en los que no participó, y eso, añadieron las defensas, vulneraría el derecho de defensa. La Fiscalía rebatió los argumentos de los abogados calificándolos de «fuegos artificiales», y la presidenta de la sala dejó proseguir la declaración del agente advirtiendo que analizarán las anotaciones y serán incluidas en el acta de la vista celebrada este martes. Pero desestimó las peticiones de nulidad de las defensas para omitir la declaración del agente.

La segunda incidencia fue la imposibilidad de entender las grabaciones realizadas a los acusados que la Fiscalía solicitó reproducir. Dadas las dificultades técnicas, y el mal sonido de los audios, la presidenta del tribunal suspendió la vista para solucionar las incidencias y retomar mañana a las 10.00 horas el juicio. El juicio no se descarta que se prolongue más allá del verano por el ritmo lento al que se desarrolla, los aplazamientos que ya se dieron y las más de 90 personas que están citadas para declarar; a mayores de los acusados, que fueron los primeros en hablar. Mientras, los tripulantes extranjeros esperan permiso residencia. Muchos ya trabajaron los cuatro años que estuvieron en prisión provisional e incluso cobraron el paro. El problema es que ahora no tienen dinero para vivir, cinco de ellos residen en una misma habitación en un piso. Por eso, su defensa solicitó la autorización de residencia para trabajar hasta que finalice el juicio y se aclare su situación. «Se trata de personas cualificada que están libres pero su situación es irregular para trabajar y no tienen de qué vivir. La petición de residencia se hizo a través del tribunal al existir esa vía, pero estamos esperando», explicó este miércoles uno de los abogados.