Encuentran un proyecto de los años 30 que pudo cambiar la imagen de la Gran Vía

Jorge Lamas Dono
jorge lamas VIGO / LA VOZ

VIGO

El arquitecto Antonio de Cominges optó junto con Francisco Castro Represas al diseño del edificio Albo

13 jun 2024 . Actualizado a las 20:42 h.

«Por desgracia, la presión ambiental frustró finalmente su acabado en forma de balaustres torneados y penosos pináculos. Es evidente que falló su capacidad de hacer frente a la penosísima involución del momento», afirma Francisco Castro Nieto para referirse al acabado del proyecto que su padre, el arquitecto Francisco Castro Represas, ideó para el edificio Albo, en el arranque de la Gran Vía de Vigo.

En la tarea de inventariar toda la obra de Francisco Castro, su hijo, también arquitecto, ha encontrado la planimetría de otro proyecto con el que Antonio de Cominges optó a la construcción en ese mismo espacio. En 1938, el empresario Francisco Albo convocó un concurso para la proyección de un edificio en la esquina situada entre Gran Vía y Urzaiz. Explica Francisco Castro Nieto que el empresario vigués, «perteneciente a la burguesía más ilustrada», quiso seguir el camino emprendido por el empresario madrileño Enrique Carrión para la construcción del edificio Capitol, en Madrid. Aquel, en 1931, convocó un concurso al que concurrieron primeras espadas de la arquitectura española del momento, como Pedro Muguruza, Emilio Paramés y Rodríguez Cano, Eduardo de Garay y Juan de Zabala, Luis Gutiérrez Soto, Manuel de Cárdenas y Luis Martínez Feduchi con Vicente Eced. El resultado definió la perspectiva urbana de Madrid y es uno de los iconos más reconocibles de la capital de España.

Francisco Castro Nieto sabe que en el caso vigués se presentaron Antonio de Cominges, Francisco Castro Represas y otro arquitecto que no ha logrado identificar, pero que considera que tuvo que ser un arquitecto importante en ese momento. Y lo más sorprendente es que esa convocatoria se realizó durante la Guerra Civil. «El solar tiene potentes analogías con la otra Gran Vía madrileña», explica Castro Nieto.

Los estilos de ambas propuestas son muy diferentes. Mientras que Castro Represas trató de seguir la vía del racionalismo, aunque finalmente muy modificado, Antonio de Cominges Tapias optó por un planteamiento con toques regionalistas, como haría en otros proyectos que se pueden ver en la ciudad de Vigo.

Francisco Albo eligió la opción de Castro, aunque no se plasmó tal como lo había proyectado. «El resultado del concurso se materializó con posterioridad por las derivadas económicas de la guerra y el edificio resultante de Castro es de un valor notable y con no pocas analogías a la del proyecto de Luis Gutierres Soto», afirma su hijo, que recuerda que el concurso de Madrid para el edificio Capitol se había desarrollado en la fase final de la carrera de arquitectura de Castro. «Su influencia sobre su estilo de trabajo fue decisivo», concluye Castro Nieto.

Antonio de Cominges Tapias

El instituto Santa Irene o la iglesia de la Soledad fueron obras proyectadas por Antonio de Cominges Tapias (1897 ? 1987). Fue un arquitecto que realizó una enorme variedad de edificios con usos distintos y con estilos que oscilan entre el eclecticismo y el regionalismo. El estudioso de la arquitectura José Ramón Iglesias dijo de su obra que se caracteriza por «un cuidado tratamiento de las fachadas graníticas y por la incorporación de elementos decorativos de acentos neobarrocos».