El caso Déborah se cierra: el ADN del exnovio no coincide con el comparado por la investigación
VIGO

Era la única diligencia del caso pendiente de hacerse y el juzgado ordena el archivo definitivo de este crimen del año 2002 sin un culpable
15 jun 2024 . Actualizado a las 01:07 h.La última diligencia pendiente de resolverse en el caso de la muerte de Déborah Fernández-Cervera en el 2002 consistía en una prueba de ADN del novio de la chica que debía cotejarse con los restos de semen hallados en la vagina de la fallecida, así como en un pañuelo y un preservativo depositados al lado de su cuerpo, y un pelo que fue recogido en el levantamiento del cadáver. Pero ninguna de las muestras fue coincidente. El resultado ha dado negativo y lleva a que la investigación que lleva el Juzgado de Instrucción número 2 de Tui no pueda proseguir. Se han agotado todas las vías abiertas desde la reapertura del caso en el 2019 por un crimen de hace 22 años.
Esta novedad la desvelaron este viernes los propios familiares de la fallecida y sus representantes legales. «En el día de hoy se ha notificado a las partes del procedimiento penal seguido por la desaparición y muerte de Déborah Fernández-Cervera el resultado del análisis del ADN del único investigado, que como era esperado por la familia de Déborah, ha dado negativo con el análisis del semen hallado en el interior de la vagina de Déborah, con el semen hallado en pañuelo y preservativo que había junto a su cuerpo y con el pelo hallado en el levantamiento del cadáver», exponen en un comunicado.
La familia añade que solicitarán otra vez el archivo de la causa con el objetivo de hacerla pública y reitera sus críticas al juzgado instructor en Tui, que «no parece querer investigar tampoco a los policías que se hicieron cargo del teléfono móvil de Déborah y que apareció más de 15 años después sin la tarjeta SIM».
Y efectivamente al final la Justicia ha ordenado el archivo provisional del caso. La magistrada del Juzgado de Instrucción número 2 de Tui acordó el sobreseimiento, algo que desveló el TSXG tras el comunicado de la familia. La jueza explica en el auto que el acervo probatorio recabado contra el único investigado «no es suficiente para hacer una imputación verosímil de un hecho delictivo concreto». De esta forma, concluye que «no constan indicios plurales y contundentes» para la imputación de ese hombre. La resolución judicial es clara: «Ni los testimonios recabados, ni la práctica de la exhumación del cuerpo de la víctima, ni la inspección de un arcón congelador propiedad en su día del investigado», arrojaron «ningún resultado positivo para la investigación», como tampoco lo hizo el análisis del móvil utilizado por la víctima que fue encontrado en dependencias policiales —y que apareció casualmente con motivo de unas obras— 16 años después de haber sido entregado por la familia y sin esa tarjeta SIM.
El juzgado instructor señala también que la investigación sobre la supuesta manipulación y borrado del disco duro del ordenador de la fallecida no pudo acreditar que dicho borrado fuera «intencionado y masivo», como sostiene en cambio la familia, tras la aportación de un informe pericial.
Por todo ello, la jueza instructora concluye que no hay indicios «contundentes e irrefutables» para fundamentar la imputación de un delito al investigado. «Los elementos de juicio que se aportan por la acusación cuando se solicita la incoación del procedimiento ante el tribunal del jurado son meras sospechas basadas en datos no acreditados o en contradicciones en las declaraciones del investigado o de testigos, pero sobre aspectos incidentales», expone la magistrada, que resalta que «ningún indicio hay de que el investigado y la víctima se vieran esa noche, ni del lugar de la muerte, ni aparece vestigio alguno del investigado en el cuerpo de la víctima o en el lugar donde este se encuentra».
En su resolución, el juzgado concluye recordando que «no bastan meras afirmaciones de sospecha», y que «debe alcanzarse cierto nivel cualitativo de los indicios, que deben ser sólidos y conducir a un suficiente nivel de probabilidad de la autoría, superior a la posibilidad». Y de esta forma se cierra el caso Déborah sin encontrar culpable de la muerte de la joven hace ya 22 años, cuando salió a hacer deporte y ya no volvió con vida.
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La desaparición
30 de abril del 2002. Déborah Fernández-Cervera, de 22 años y residente en Alcabre, salió a correr por la zona de Samil esa tarde. Volvía a casa cuando se pierde su pista.
El cuerpo
10 de mayo del 2002. El cadáver de Déborah fue hallado desnudo y sin signos de violencia en una cuneta de O Rosal, a 40 kilómetros de Vigo. Estaba colocado con una escenificación y pruebas falsas para despistar a la policía.
La reapertura del caso
7 de noviembre del 2019. Tras años con el caso cerrado, la familia aporta un testimonio que obliga a practicar nuevas diligencias. La jueza de Instrucción número 2 de Tui reabre la investigación y cita a declarar a varios testigos. A ello se suman otras prácticas, como el análisis del disco duro del ordenador de la joven, cuyo resultado no ha trascendido.
La exhumación
18 de mayo del 2021. Los forenses extraen el cadáver y hacen un tac. Recuperan ocho uñas y las envían al Toxicológico de Madrid para extraer fibras y ADN.
La inhumación
27 de mayo del 2021: La Justicia devuelve el cuerpo de la joven al cementerio de Pereiró tras realizar la segunda autopsia.
Nuevas vías de investigación
19 de junio del 2021: Aparecen pelo y fibras en las uñas de Déborah. Este hallazgo abre nuevas vías de investigación.
Un único investigado
11 de febrero del 2022. El juzgado de Tui llama a declarar al exnovio de la joven en calidad de investigado y evita que el caso prescriba.
ADN masculino en las uñas
10 de marzo del 2022. El Instituto Nacional de Toxicología ha hallado ADN de un varón en una uña del cadáver de Déborah Fernández-Cervera. La familia pide que se amplíe la prueba para averiguar el perfil genético.
Callejón sin salida
28 de marzo del 2022. Los resultados genéticos apuntan a un vecino de la joven sin relación con el caso y no se consideran concluyentes. La jueza descarta esa vía y a poco de prescribir solo mantiene la investigación sobre el exnovio.
Legajos perdidos del caso
12 septiembre del 2022. Aparecen en una comisaría de Madrid traspapelados objetos del caso. Un móvil sin tarjeta SIM, cintas de vídeo, fotografías y oficios policiales encontrados durante unas obras.
Pruebas de ADN
30 junio del 2023. El exnovio de Déborah acepta someterse a una prueba de ADN, la tercera, asegurando que ya le tomaron una cuatro días después del hallazgo del cadáver de la joven en el 2002 y dio negativa, y otra en el 2010.
La familia se niega a alargar el caso
14 de agosto del 2023. La familia pide al juzgado que archive la investigación desesperada por la falta de avances después de 21 años.