24 horas en Castrelos para conseguir entradas para Aitana: «Temíamos que la gente se volviera loca... y las locas fuimos nosotras»

Pablo Barciela VIGO / LA VOZ

VIGO

Aspecto de las colas esta mañana en Castrelos
Aspecto de las colas esta mañana en Castrelos M.Moralejo

«Esto es un sentimiento, igual que la Eurocopa», explican las fans

19 jul 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Mientras se vendían las entradas para el concierto de Luz Casal en Castrelos (2 de agosto), ayer por la tarde ya había personas haciendo cola para comprar los tiques para el de Aitana (3 de agosto), que salen al mercado hoy a las 9.00 horas. Lucía, de 20 años, y su grupo de allegados fueron los primeros en llegar. A las 12.45 estaban en el parque vigués. «Nos daba miedo que la gente se volviera loca... ¡así que las locas fuimos nosotras!», reconoció.

Este será el tercer concierto del verano de la artista catalana en Galicia: ya ha habido oportunidad de verla en el PortAmérica de Caldas de Reis, el día 27 está en A Coruña y la semana siguiente va en Castrelos. Aun así, por la tarde ya había unas 40 personas preparadas para pasar la noche al raso —con una ola de calor que ha pasado Galicia de largo— y se esperaba que llegasen más. «Esto es un sentimiento, el mismo sentimiento que el de la Eurocopa», explicó Lucía, que ya ha visto a la catalana en otras dos ocasiones. La primera, cuando salió de la academia de Operación Triunfo, en Sanxenxo. «Al principio estaba nerviosa por cantar en público, ahora está loca perdida, ¡mola!», se reía.

Con ella, Hugo, de 12 años, contaba que había llevado juegos de mesa y cartas para pasar el rato hasta la mañana de hoy.

Hugo, Lucía y otros allegados
Hugo, Lucía y otros allegados David Alján

La situación era un poco extraña en Castrelos. Había gente haciendo cola para un concierto mientras se vendían las entradas de otro, el de Luz Casal, que apenas tenía público dispuesto a hacer cola. De hecho, por la noche se pusieron en venta las sobrantes por internet. Mientras tanto, las fans de Aitana formaron una cola alternativa cerca de las casetas de venta, pero no delante, pues debían dejar paso a los fans de Luz Casal. La idea era que, al cerrar las taquillas de la artista de Boqueixón, las de Aitana pasarían a ocupar el lugar de venta, para esperar hasta hoy.

«Cheguei ás cinco da tarde. Veño para min e para a miña filla de oito anos», dijo Ana, de 48 años: «¡por unha filla faise todo!». Tenían previsto juntarse cuatro personas, y como cada una puede adquirir cuatro entradas —presentando los DNI de todos—, salían a 16 boletos.

Aunque no todos hacen la cola. Hay gente, según Lucía, que paga a otros para que aguanten la espera. A las 9.00 se abren las taquillas digital y física. Por la tarde, reabre a las 16.00. Por internet solo hay 500 boletos, por eso mucha gente asegura y hace una cola de casi 24 horas.

Andrea
Andrea David Alján

A media tarde, el temor recorrió el grupo de aficionadas madrugadoras porque se puso en circulación una información. A las tres de la mañana, dijo alguien, iban a aparecer las chicas afiliadas al club de fans de Aitana. Algunas se preparaban para defender sus posiciones.

Entre ellas, Andrea Álvarez, de 32 años, que ya ha visto a Aitana en varias ocasiones. Estuvo en el WiZink de Madrid, en el Coliseum de A Coruña, va a ir al Bernabéu... «Cada vez el espectáculo es mejor, ella baila más», opina. A media tarde se preparaba para ver una serie, se había llevado un libro y había atado una hamaca entre dos árboles para tomarse la tarde y la noche con calma, con su perra, Nika. «Es mi protectora», reveló, «porque no sé cuánta gente habrá por la noche».

El Concello paga 790.000 euros por el concierto. Se puede ver gratis en las gradas; por asistir a la platea del auditorio hay que abonar 15 euros. Esto no evita la cola para entrar. Algunos estarán horas el 3 de agosto para coger un sitio en primera fila.

Sabela y Lola
Sabela y Lola David Alján

Quizás entre ellos estén Lola, de 15 años, y Sabela, de 13. «Estamos seguras de que temos que conseguir as entradas... ¡senón morro!», decían ayer por la tarde. «Pensabamos vir ás dúas da mañá, pero pasamos hai un rato a ver como estaba isto de xente... e decidimos quedar». Eso sí, tenían comida, mantas, sillas y saco de dormir y se entretenían grabando vídeos de TikTok.