Sara Urrea dice adiós al volei a los 23

MÍRIAM V. F. VIGO / LA VOZ

VIGO

CEDIDA

La viguesa, que jugó varios años en la máxima categoría, ha decidido retirarse para priorizar su faceta laboral y dar otro rumbo a su vida

20 ago 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

La decisión fue meditada y estaba más que tomada, pero cuando la viguesa Sara Urrea comunicó a través de su perfil de Instagram que era el momento de decir adiós al voleibol, se rompió. «Subí la publicación y me puse a llorar. Por más que no tengas dudas, es duro. Es una etapa de mi vida que se cierra», cuenta pasados unos días. La palabra retirada y su edad, 23 años, parecen no encajar, pero aquella niña que con 16 dio el salto a la máxima categoría tras deslumbrar en el Xuvenil de Teis es ahora una mujer con las ideas claras.

Detrás de este paso hay una serie de factores que han confluido y la han conducido a dejarlo. Pero la clave es que había dejado de compensarle. «He terminado mi carrera y en volei no se paga mucho. Con las horas que le dedicaba y el tiempo que me comía, llega un momento en que cambian las prioridades en tu vida», detalla. Y pone como ejemplo los fines de semana ocupados de octubre a marzo que nunca podía aprovechar para ver a su familia en Vigo o para desplazarse a Madrid, donde reside su hermana.

Urrea sentía que estaba renunciando a demasiadas cosas, y a esa sensación se sumó un año difícil por cuestiones personales. No empezó la temporada con la certeza de que sería la última, ni siquiera jugó su último partido sabiéndolo, pero sí intuyendo que el momento se aproximaba. «Siempre he tenido claro que priorizo los estudios. Este es un deporte minoritario e igual puedes vivir de él hasta cierto momento, pero no quería llegar a los 30 o 35 años sin experiencia laboral», reflexiona.

Con sus estudios de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte finalizados, este verano fue cuando concluyó que se acababa. «A la hora de buscar mis próximas oportunidades a nivel laboral y académico, vi que el volei no encajaba en mi vida. Igual tenía opción de irme fuera, que me pagaran más y vivir de ello mucho mejor, pero prioricé mi carrera», insiste. De hecho, en las dos últimas temporadas, jugó en Superliga 2, en el Zalaeta coruñés, y no en la élite por ese motivo. «Ya no me estaba dedicando exclusivamente a eso, por eso a quienes me conocen no les cogió por sorpresa», explica.

Esta idea de poner su formación por encima del deporte le viene de lejos. «Mis padres fueron atletas y lo aprovecharon hasta bastante edad, pero lo que les daba de comer eran sus trabajos», recalca. Durante su carrera, agradece también las facilidades para haber compaginado deporte y estudios, así como que ha podido costearse «cosas que a otro estudiante convencional seguramente le habrían tenido que pagar sus padres». Pero su profesión va a ser lo primero desde ya, sin cerrar la puerta a volver en algún momento en el futuro, cuando su vida laboral esté más encaminada.

Amistades, valores y experiencias

Sara, que ni recuerda exactamente a qué edad empezó en el voleibol —cree que fue en torno a quinto curso de Primaria—, se queda de todos estos años con «las experiencias» que le ha permitido vivir, los sitios que ha conocido, los valores que ha adquirido a través del deporte y, sobre todo, las personas que este ha puesto en su camino. «He hecho amistades con gente que sigue siendo muy cercana a mí», celebra. En la otra cara de la moneda, las lesiones. «Hace años tuve una de tobillo de la que nunca he conseguido recuperarme del todo. En el día a día, no hay problema, pero el volei es un deporte de impacto y después de los parones siempre lo notaba», aunque no forma parte de sus motivos para dejarlo.

Descartó seguir como jugadora aficionada porque cree que acabaría igual e implicada que siempre profesional. Y tampoco le tira la faceta de entrenadora. «No me atrae esa parte del deporte, la técnica y la táctica. Sí de cara a la preparación física», señala. Pero sus planes inmediatos pasan por el máster de profesorado y, después, cree que opositará. «No lo tengo del todo claro. Quiero dejarlo hecho, porque se recomienda en mi carrera, y tampoco abandono el sueño de ser entrenadora», pero personal, no de equipos. El tiempo dirá.