Abriendo camino en el hockey

VIGO

LUIS VELASCO

La viguesa Marina Pérez es la única mujer al frente de un equipo masculino en nacional de este deporte

31 oct 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Marina Pérez (Vigo, 1992) es la entrenadora del único equipo masculino sénior en categoría nacional de hockey patines que cuenta con una mujer en el banquillo. Es el Hockey Traviesas, el equipo donde empezó como jugadora, donde se inició como técnica a los quince años y fue dando pasos de manera progresiva hasta llegar a su rol actual. «Llevo 17 años y he ido avanzando poco a poco hasta que esos equipos que llevaba años formando llegaron a sénior y subí con ellos a autonómica», recapitula.

La viguesa asume que es una rara avis y que lo suyo no ha sido en ningún momento un camino de rosas. Las primeras reticencias, aunque aclara que no cree que fuera con maldad, aparecieron en su propia entidad. «Cuando llegué a juvenil, se puso en duda si me iban a tener respeto chicos de 16 y 17 años, siendo yo una mujer joven, si iba a ser capaz de imponer autoridad o que me hicieran caso», recuerda.

Lo habitual era subir de categoría cada dos años con el equipo que empezó a dirigir cuando tenían cinco años, los que ahora juegan en nacional. «En el momento en que yo dije que sí iba a ser capaz y no iba a haber problemas, que me veía preparada, nunca se me volvió a plantear», cuenta al tiempo que admite que ya solo que se te cuestione en ese primer momento «no gusta».

Y también puede generar cierta «inseguridad de si estás o no preparada», pero su elección siempre ha sido tirar hacia adelante, más allá de opiniones externas que no ayudan aunque haya intentado que no le influyan. «Si estás ahí, es porque te has preparado y lo mereces. Me he formado para poder estar a este nivel», subraya.

A día de hoy, Marina vive «con total naturalidad» su papel en el primer equipo masculino. «Tengo muy buena relación con ellos, me respetan, con algunos tengo relación personal de muchos años», incide. Así, dentro del club hace mucho que no existe ningún tipo de debate, pero lejos aún sigue sin librarse de algún que otro desplante. «Me pasaron cosas como que los rivales, en vez de darte la mano como al resto de entrenadores, te plantan dos besos. O el año pasado, en Asturias, estaba en el banquillo mientras el equipo calentaba y el entrenador del otro equipo vino a preguntar que cuándo llegaba el entrenador», narra.

También se fija en cómo han mejorado las cosas en el tiempo que lleva. «Cuando empecé, la mayoría eran entrenadores hombres, adultos, mayores. Me sacaban muchos años y era raro ver a una china de veintipocos en competiciones masculinas», desgrana. Le hacían tener la sensación de que pensaban «que por qué no se pone ahí a un hombre hecho y derecho y no una chavalita», reflexiona.

Directora deportiva e ingeniera

Pérez es directora deportiva del Traviesas, faceta en la que invierte «cuatro o cinco horas diarias». Además, trabaja como ingeniera en el ámbito de los recursos energéticos. «Me paso las tardes en el pabellón y hago muchos malabares. Con mi trabajo, tengo disponibilidad para gestionarme el horario, si no, sería imposible», plantea.

Además, entrenar en categoría nacional es «un reto a nivel deportivo» que implica una exigencia mayor a la que estaba acostumbrada. «Hay que trabajar mucho más, preparar entrenos, ver vídeos de rivales, la preparación física es más exigente, pero lo vivo con ganas e ilusión. Aunque implique invertir más tiempo, lo disfruto mucho», concluye.

Marta Ureña, la otra mujer del cuerpo técnico

Desde esta temporada, una segunda mujer se ha integrado en el cuerpo técnico de Marina Pérez: es la preparadora de porteros, Marta Ureña, que también comenzó como jugadora, en su caso, a los seis años. Se ofreció a ser portera «por probar y porque nadie más quería», se quedó y con el tiempo, empezó a entrenar en categorías base. «Es la primera vez en sénior. Tuve dudas. Hablábamos de que hacía falta reforzar el entrenamiento específico de porteros, que había carencias, pero no estaba segura de ser yo quien asumiera esa responsabilidad», expone. Finalmente, aceptó y está muy satisfecha. «Fue un acierto, estoy contenta y, por lo que me dicen, ellos conmigo, también».