Sin luz en Chandebrito cada vez que hay temporal: «Vivimos temblando cuando viene uno»
VIGO
Los árboles que crecen sin control tras los incendios dañan el tendido eléctrico
29 ene 2025 . Actualizado a las 09:25 h.Los vecinos de As Rozadas de Chandebrito (Nigrán) saben que cuando el viento va a soplar fuerte no pueden llenar sus neveras. Los más previsores también se acopian con cubos de agua antes de que llegue el temporal. Lo hacen todos los inviernos. «Lo normal es que nos quedemos sin luz entre tres y cinco días durante estos meses», lamenta Alberto Fernández. La última, el pasado lunes. Los vientos de Herminia partieron el tronco de un eucalipto que derrumbó parte del cableado eléctrico de la zona. «La luz se fue por la noche y no volvió hasta las 19.00 horas», explica Alberto.
«Estamos hartos de que esto pase una y otra vez», insiste Mónica, otra de las vecinas afectadas. En su casa son cuatro. «Mi marido, mis hijos y yo». Herminia les cambió por completo su rutina el pasado lunes. «Aquí todo funciona con electricidad... Sin luz no podemos hacer nada», explica. Ni agua tienen. Su casa, como tantas otras de As Rozadas, no está conectada a la traída y dependen de una bomba que la extrae del pozo. «Nos quedamos inhabilitados un día entero otra vez y los niños son los más afectados», lamenta. «Tuvieron que ir al cole sin ducharse y después, cuando volvieron, nos los llevamos a comer fuera porque toda la comida se nos estropeó. Espero que nos paguen todo eso».
Mónica está tan harta de «vivir temblando cada vez que viene un temporal» que ha empezado a recoger firmas para instar a las administraciones a buscar una solución, pero es un problema «complejo», reconoce el presidente de la comunidad de montes de Chandebrito y de la asociación de vecinos, Víctor Manuel Vidal.
La línea eléctrica que provee al barrio pasa por varias tomadas en las que los eucaliptos crecen sin control. En ellas se superponen los esqueletos de los árboles que ardieron en aquellos incendio del 2017 y los que crecen «sin control» siete años después. En estas fincas la masa forestal se ha multiplicado respecto a lo que había antes del fuego. Víctor recuerda que «aquellos años podíamos contar en 1.000 metros cuadrados 400 o 500 eucaliptos, pero ahora hay como 2.000 o 3.000». Uno de estos fue el que cayó sobre el tendido eléctrico a 20 metros de la casa de Alberto. «Necesitamos una solución, ya no solo por la luz, que también es un problema grande, sino por nuestra seguridad. Muchos de estos árboles podrían caer cuando pasamos nosotros por ahí o, incluso, encima de mi propia casa», advierte.
«Cada vez el problema es peor porque estos nuevos eucaliptos ya alcanzan alturas importantes. Además, como han crecido tan rápido y en tanta cantidad no tienen consistencia para aguantar con garantías los temporales», explica Víctor. Luis García, otro de los vecinos afectados, también lo siente así. Lleva 19 años viviendo en Chandebrito y nota que ahora la luz se va con todos los grandes temporales. «A mí y a mi pareja nos trastoca mucho. Yo soy carpintero y si al volver a casa no tengo luz debo coger el coche de nuevo e ir a ducharme a casa de mis padres. Es peor aún para ella, que es informática y teletrabaja», reconoce.
Víctor sabe que en la parroquia hay muchos vecinos que no cumplen la ley que obliga a limpiar las fincas porque «son muy mayores, no tienen tiempo y recursos para ello o no saben ni dónde tienen las fincas». Reconoce que desde la asociación no denuncian porque «tendríamos que señalar a tantos propietarios que estaríamos peleando una mitad de la parroquia con la otra». El presidente comunal insiste en que lo mejor sería «poner en valor todos esos terrenos que ahora están abandonados. En Chandebrito tenemos una demanda histórica de vivienda que se podría paliar si el Concello cambia el uso del suelo». Víctor opina que esta solución también ayudaría a proteger la parroquia frente al fuego.