Salvaron a un hombre en Rande y atraparon a un presunto homicida la misma noche: «Fue de locos»
VIGO
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Su compañeros piden que los policías Juanjo y Rubén sean condecorados
05 feb 2025 . Actualizado a las 12:19 h.Juanjo E.D. y su compañero Rubén V.R. son dos policías nacionales de la comisaría de Vigo-Redondela que patrullan en un zeta por las calles. Forman parte de una unidad de atención rápida al ciudadano y prevención del delito. «Acudimos a llamadas por pequeños hurtos, pero también a asesinatos. No sabemos lo que nos vamos a encontrar. El peligro es que vamos a ciegas, lo mismo es un servicio humanitario para ayudar a un ciudadano mayor que un tema delictivo», afirma Juanjo, con 20 años en la policía, los últimos cuatro en Vigo.
El sindicato Jupol propone que ambos compañeros sean condecorados por un doble servicio al límite en una de las noches «más complicadas» que han tenido en dos décadas de servicio: primero salvaron al borde del vacío a un hombre de 37 años que estaba encaramado sobre una viga del puente de Rande, con los pies colgando hacia el mar, y una hora después arrestaban a un marinero como supuesto autor de un homicidio y una tentativa en Redondela. «En 20 años nunca había tenido una noche igual, fue de locos, estábamos firmando el atestado de Rande y tuvimos que salir al crimen de Redondela. Fue una noche complicada, muy delicada, pudo acabar mal», dice Juanjo E.D.
En la noche del jueves, 30 de enero, después de las diez y veinte, ambos compañeros habían entrado en comisaría un poco antes del inicio del servicio y saltó una alerta sobre un intruso vestido con una sudadera amarilla que se había colado a pie en el peaje de la autopista AP-9 y que caminaba por el puente de Rande. Se subieron al zeta y «salimos disparados» hacia el lugar de la emergencia. El 112 alertó a la Policía Nacional, a los bomberos y al 061. «La noche salió bien porque en nuestro turno estamos quince personas y por lo bien que nos conocemos y ayudamos, fue un trabajo en equipo», añade el patrullero.
Juanjo y Rubén fueron los primeros en encontrar, escondido en medio del puente, a un fornido hombre de unos 95 kilos sentando sobre una viga, con los pies en el vacío, y mirando al mar. «Pedimos apoyo urgente porque era peligrosa la situación», relata. Negociaron con el hombre, que les contó que había tenido una ruptura sentimental. «Mi compañero intentó convencerlo, tenía más empatía con él, salieron de la viga y le chocó la mano, lo agarró fuerte», relata Juanjo, pero forcejearon con peligro de caer al vacío. Él saltó una valla para ayudar y «fuimos sacudidos hacia el exterior». Con ayuda de la única mujer bombero de Vigo y un policía local de Redondela, lo redujeron.
Una hora más tarde, estaban en Redondela, buscando al supuesto autor de un homicidio. Por una luz en la bodega, sospecharon que se escondía en su casa. Fingieron que se marchaba el coche patrulla y un agente se ocultó. Así lo descubrieron y arrestaron. «Era tan corpulento que le puse dos esposas. Nos la jugamos. Hemos tenido una racha muy dura; en tres años, acudimos a tres homicidios», dice. Intervinieron en el 2022 en el crimen de la calle Zamora, en el que un prejubilado asesinó a su vecina por los ruidos, y en el 2023, en el homicidio de la casa okupa de la calle Coruña, cuyo juicio por jurado se celebrará este año.