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Alejandro Fuertes expone «Seis cabezas» hasta el 18 de mayo
15 feb 2025 . Actualizado a las 05:00 h.La Fundación Laxeiro acoge, hasta el 18 de mayo, la exposición Seis cabezas, del artista asturiano Alejandro Fuertes. Es un proyecto, presentado en el espacio Arte CTJV, en Monçao, Portugal, entre el 16 de noviembre de 2024 y el 17 de enero de 2025,. que ahora llega a la Fundación Laxeiro bajo el comisariado de Javier Pérez Buján, su director artístico. El proyecto de Alejandro Fuertes está compuesto por seis esculturas realizadas con materiales urbanos de desecho, materiales muy significativos para él, hasta el punto de que afirma que podemos conocer cómo es una sociedad a partir de la basura que produce, una idea muy presente en algunas corrientes sociológicas de mediados del siglo XX.
El espacio de la Fundación Laxeiro muestra cinco de esas seis esculturas, colgadas de los paños expositivos y una, instalada en el suelo. Todas con una iluminación muy recortada sobre ellas, lo que provoca un oscurecimiento general de la sala y, como consecuencia, las obras adquieren una presencia dramática, en la que las luces y las sombras acentúan los volúmenes y nos acercan a los recursos expresivos del claro oscuro y a un cierto tenebrismo que conecta con una tradición de la pintura española en la que, además de Goya o Gutiérrez Solana, encontramos también a Laxeiro.
Según explica el comisario, Javier Pérez Buján, la presencia de la tierra es importante como elemento expresivo, narrativo y plástico, como parte de cuatro de las seis esculturas que conforman la exposición. La tierra está pegada a la superficie de estas obras, pero también está presente en el suelo, como una sombra efímera y matérica que nos remite a la idea de catástrofe y, otra vez, a la idea de muerte.
Las otras dos esculturas muestran sus componentes (trozos de plástico, gomas, madera, telas, etc.) sin tierra, pero, ya sin el atractivo de los colores vivos y las superficies lisas y limpias de los productos de consumo que fueron, sino como elementos fragmentados, rotos, sucios y sin brillo, que parecen testimoniar la cara menos complaciente de la estética pop.