«El vestido de Pedroche ha disparado los pedidos de joyas de lecha materna»
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VIGO
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Angélica Lage, de Pazos de Borbén, tiene encargos de toda España
15 feb 2025 . Actualizado a las 11:26 h.Cuando Cristina Pedroche dio las campanada con su vestido elaborado por litros de su leche materna convertidos en 8.500 joyas, Angélica Lage ya llevaba años trabajando esta técnica. Sin embargo, el fenómeno del look Pedroche y el vídeo que esta artesana al frente de Lelate viralizó a través de su TikTok mostrando sus piezas, con más de 337.000 visitas, ha disparado los encargos en su taller de Pazos de Borbén. «Antes del vestido de Pedroche me podían encargar tres al año, pero ahora tengo pedidos de toda España y lista de espera», confirma esta artesana que expresa en cada joya su vínculo con la naturaleza.
Su proyecto profesional nació también de experiencias vitales. En el 2018, embarazada de su segundo hijo, estuvo a punto de perder a su madre por una enfermedad cardíaca y lo dejó todo para luchar con ella. Lelate es su homenaje a ella, superviviente gracias a un trasplante contrarreloj. De ahí el juego de palabras, porque Amelia consiguió que le latiera el nuevo corazón que le trasplantaron y Angélica dio a luz meses después a su segundo hijo. Perdió el trabajo para poder hacer frente a la situación familiar, pero la experiencia de once años trabajando en una tienda de artesanía hizo que apostara por su propio proyecto.
«Fue un sueño hecho realidad que me sirvió como medicina y me aportó crecimiento personal, emocional y laboral», reconoce. En octubre del 2020 sale a la liz Lelate artesanía, especializada en diseño y creación de joyas en resina. «Mi inspiración es la naturaleza», sostiene esta mujer que se reinventó en plena pandemia.
Las joyas con leche materna «no son las más habituales, porque son las más costosas de hacer. Solo deshidratar la leche y conservarla lleva un mes», advierte. Antes de las campanadas del 31 de diciembre, ya había asumido varios encargos, pero desde esa medianoche, los pedidos se dispararon.
«Tengo clientas de toda España, incluyendo las islas o Melilla. Hay quienes me preguntan si valdría la leche que tienen congelada desde hace seis años, por ejemplo», explica. Para tranquilidad de la mayoría, la respuesta suele ser que sí, «pero depende principalmente de cómo esté cuando me llega a mí», dice. Trabaja con Correos «porque tienen servicio de envío en frío y me las suelen enviar en los típicos botes de muestras para análisis», señala Angélica. «Lo que más me piden son colgantes y después pulseras o anillos y lo que menos, pendientes. Suelen elegir accesorios con forma de corazón o gotas», indica.
Cada pieza que sale del taller de Angélica encapsula un momento especial, transformando un símbolo de nutrición y cuidado en un tesoro tangible que perdura en el tiempo. «Por eso les llamo joyas, aunque sean de acero, por ese valor emocional que no tiene precio», señala la mujer que eterniza un vínculo único e irrepetible entre madres e hijos que trasciende generaciones.
Algunos optan por recuerdos más grandes, como adornos para el hogar. Por ejemplo, señala la artista, se crean hermosas letras con el nombre del recién nacido, encapsuladas en resina, donde se puede guardar no solo la leche materna, sino también otros recuerdos preciosos como un trozo de la primera ecografía o del primer gorrito.
De la misma manera, aquellos que desean rendir homenaje a sus mascotas eligen llevar un pedazo de ellos consigo a través de llaveros o colgantes, donde se encapsula el pelo de sus perros o gatos.
Angélica está especializada en diseñar y crear joyas únicas, «que nadie más tendrá igual, con flores típicas de Galicia». En este apartado, la principal demanda de centra en pendientes y el abanico de posibilidad es tan variado como el de las plantas y flores típicas del paisaje gallego. «No tenemos stock porque la mayoría de piezas son bajo pedido y dependen de la flor de cada temporada», dice. Hay varias colecciones. La última, con la flor del amor eterno, que el la Myosotis, conocida como Nomeolvides. Otro éxito de ventas.