El nuevo ciberdelito: usar los DNI ajenos para endosar multas de tráfico

E. V. PITa VIGO / LA VOZ

VIGO

En una imagen de archivo, una patrulla de la Guardia Civil realiza un test de alcoholemia
En una imagen de archivo, una patrulla de la Guardia Civil realiza un test de alcoholemia GUARDIA CIVIL DE TRÁFICO

El caso de una viguesa destapa más estafas con usurpación de identidad

26 feb 2025 . Actualizado a las 17:59 h.

Una mujer llegó al juzgado de guardia de Vigo hace unas semanas para denunciar que le había llegado una multa de tráfico por una infracción realizada por un coche que ni es suyo ni lo conducía. Averiguó que a la Guardia Civil de Tráfico le saltó su DNI cuando los funcionarios consultaron en la base de datos quién era el dueño o titular del coche infractor. La mujer sospechó que, al haber realizado algún trámite o compra por Internet, subió la copia de su DNI y un ciberdelincuente obtuvo sus datos personales, usurpó su identidad y vinculó su nombre a un coche que luego cometió una infracción. Tráfico le envió la multa a la casa de ella. Pero la afectada no estaba en el lugar donde se cometió la infracción ni tenía ese modelo de coche.

La explicación de fuentes judiciales es que, muchas veces, los DNI de los afectados se obtienen a través de transferencias de vehículos por Internet. En esos tratos mercantiles, el comprador y vendedor intercambian documentos.

Hubo otro caso reciente de envío de multas a ciudadanos que no tenían nada que ver. La Quinta Sección de la Audiencia de Pontevedra, con sede en Vigo, ordenó reabrir el 30 de octubre del 2024 un caso archivado por el Juzgado de Instrucción número 4. La sala consideró que el cierre había sido «precipitado» porque podía haber indicios de falsedad en documento oficial y de un delito de estafa. Todo empezó cuando el dueño de un coche, un Peugeot 406, lo vendió a un particular en agosto del 2022. Tiempo después, le cargaron una multa por una infracción cometida el día después de la venta en una carretera en dirección al municipio asturiano de Barredos. Fue a protestar a la DGT y esta le mostró que él, cuatro días después de la venta, había revendido el mismo coche a un hombre al que no conocía de nada. El contrato venía firmado por el vigués, lo que él negó. Ahora, la sala ordena interrogar al segundo comprador del coche.

Otro tipo de usurpaciones de identidad

En el juzgado de guardia de Vigo han recibido varias denuncias por usurpación de identidad para cometer delitos, no solo de tráfico. Por ejemplo, ahora, los timadores tienen programas capaces de alterar un número de teléfono para hacer creer que el que llama es una entidad oficial como un banco. El perjudicado comprueba que, efectivamente, se trata del número oficial de la entidad financiera y no desconfía. El timador finge ser un asesor de la sucursal y le avisa de que hay un fraude y de que le están vaciando las cuentas, para que le facilite su contraseña.

Los engaños son tan realistas que los expertos judiciales admiten que «le puede pasar a cualquiera». Al contrario de lo que se pudiese pensar, muchos de los denunciantes que pican en la estafa son «gente joven», de 40 años o menos.

Estafa de la transferencia «imposible»

A estos timos de usurpación de identidad se suman otras modalidades. Una de las más recientes detectada en Vigo consiste en ofrecer en Internet a la venta, por ejemplo, una furgoneta o una ranchera para dormir en ella. En un reciente caso, el afectado quedó con el vendedor para probar el coche y allí le mostró el vehículo pero, para cerrar el trato, le pidió un requisito «imposible» que es que primero le hiciese una transferencia instantánea de 4.000 euros. Pero como esa operación no está autorizada, el interesado en la compra del coche solo le pudo enviar mil euros. El dueño le replicó que, en tal caso, prefería llevarse la furgoneta y que se la dejaría probar al día siguiente. El perjudicado nunca volvió a ver ni al vendedor, ni a la furgoneta ni a los mil euros que adelantó.