
Para ser una sociedad justa y mejor, debemos creer en la reinserción y apostar por ella
13 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Cuando las madres de la asociación Érguete comenzaron su lucha en 1985, hace cuarenta años, descubrieron a pecho descubierto el dolor y el daño que provoca una adicción. También se enfrentaron a una sociedad que no estaba preparada para entender a sus hijos, a un sistema que los culpaba y que no les echaba una mano para ayudarlos a superar su problemas. Aquellas madres sacaron tiempo de donde no lo había para ir a prisión. Muchas ni siquiera conducían y hacían malabares con las líneas de bus para visitar a sus hijos y reclamar otro tipo de atención en prisión, una que los ayudará a tener una segunda oportunidad tras terminar su condena.
Para ser una sociedad justa y mejor, debemos creer en la reinserción y apostar por ella. Nadie está exento de equivocarse. La realidad humana es compleja y requiere, como se argumenta en muchos estudios, respuestas sensibles, profundas y, sobre todo, más eficaces. Estas soluciones solo las encontraremos contextualizando al infractor y evitando simplificaciones como «delinque ergo es malo».
En la asociación Érguete vemos cada día que detrás de una adicción (recordemos que gran parte de la población reclusa tiene un problema de este tipo) hay muchos condicionantes. Hay personas que delinquen por los efectos que tienen estas drogas, otras que lo hacen para tratar de conseguir la dosis que necesitas y algunas que están vinculadas al tráfico y comercialización. Tres caras de una misma moneda que reflejan la desesperanza, la dependencia y, en la mayoría de casos, la exclusión social. ¿Es justo tratar a estas personas como criminales sin tratar de entender su contexto? Yo creo que no.
Nosotras también estamos convencidas de que esta visión, además de la más humana, también es la más útil para una sociedad. Educar, ayudar a mejorar y recuperar a estas personas siempre va a ser mejor para todos y todas que castigas y aislar. Además, recordemos que luchar contra una adicción o otro problema de salud mental en solitario es imposible, las redes de apoyo son imprescindibles.
También quiero aprovechar para destacar la apuesta de Instituciones Penitenciarias por estas políticas pese al ruido que hay fuera. Gracias.