
Una mujer y su hija acogen a una mujer sin techo en Vigo, que acabó tomando el control del domicilio y arrojando pertenencias personales por la ventana
05 may 2025 . Actualizado a las 14:13 h.Hay que tener cuidado de quien se mete en casa porque si es alguien que no se conoce bien puede acabar convirtiéndose en una bomba de relojería. Una madre y su hija vivieron la peor experiencia de sus vidas por intentar ayudar a una mujer de unos 30 años que se encontraba en una situación de desamparo. No era la primera vez que abrían las puertas de su vivienda en la zona de Torrecedeira a mujeres víctimas de violencia de género que no tienen a donde ir y siempre las experiencias fueron positivas pero, esta vez, no fue así. Del mismo modo, también han prestado apoyo a personas del colectivo LGTBI.
La mujer acogida, que presentaba problemas psiquiátricos, acabó tomando el control del piso y expulsó a la hija del domicilio lanzándole por la ventana su maleta. La Policía Local daba cuenta el pasado 9 de abril de la detención de la viguesa de 31 años por expulsar, supuestamente a su compañera de piso de 24 años con un cuchillo y luego lanzar sus ropas por la ventana.
La denunciante dijo que se había sentido intimidada con un cuchillo que esgrimía mientras la amenazaba de muerte. La expulsó al mismo tiempo que arrojaba sus pertenencias a la calle. Asustada, abandonó el domicilio a la carrera, dejando atrás las llaves del inmueble y llamó a su madre y al 112. La sospechosa lo negó todo, pero los agentes localizaron el cuchillo con el que habría proferido las amenazas. Fue detenida como supuesta autora de un delito de amenazas graves con arma blanca.
Experiencia traumática
La situación no fue un simple conflicto de convivencia, sino un episodio traumático que dejó a la joven —estudiante de un curso de ciberseguridad de la Xunta— completamente desprotegida. Durante varios días, la joven estuvo sola, sin poder volver a su casa. Se alojó en un hotel mientras la mujer acogida introducía a personas drogodependientes en la vivienda, se atrincheraba en el interior y adoptaba actitudes violentas. «Intentamos ayudarla porque no tenía a dónde ir. Pero lo que vivimos fue un infierno. Echó a mi hija, destrozó su habitación, metió a gente drogada y la amenazó con un cuchillo», relata la madre, que atravesaba un brote de fibromialgia en ese momento y no se encontraba en la vivienda.
Fue una vecina quien le advirtió de lo que estaba ocurriendo. La mujer fue puesta a disposición judicial y se celebró un juicio rápido. Pero la familia vivió ese proceso como una nueva injusticia. «Mi hija fue al juicio sin dormir, sin abogado y se bloqueó La otra chica sí tenía defensa legal. A mí, que presenté la denuncia con ella, no me dejaron declarar como testigo. No lo entiendo. No es justo», lamenta la madre. La supuesta agresora fue absuelta. Desde entonces, madre e hija viven con miedo. «Mi hija no sale sola. Está bloqueada, traumatizada. En el barrio todos saben lo que ocurrió, pero no hay protección. Nos sentimos abandonadas», denuncia. La menor faltó a clase los días del suceso, del juicio y los posteriores, lo que podría poner en riesgo su continuidad en el curso. Además, aseguran que la mujer sigue en libertad, posiblemente alojada en una pensión, y que aún conserva objetos personales que se niega a devolver. La madre afirma que han vuelto a recibir amenazas telefónicas.
La familia había pedido que la joven fuera internada en un centro psiquiátrico. «Se autolesiona, tiene patologías y es un peligro para ella misma y para los demás», explica la madre. «Pedimos que se tomen en serio este tipo de casos. Que no se deje a las víctimas solas. Que la justicia no dependa de tener abogado o no», concluye.