El técnico, que tiene contrato en vigor, salvó al equipo con una única derrota
06 may 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Javi Pereira entró en la Segunda Federación por la puerta grande, sellando la salvación del Coruxo sumando 15 de 24 puntos en sus ocho partidos, en los que solo perdió con el Pontevedra. Con contrato en vigor para el próximo curso, no ha comenzado a pensar en la planificación, pero cree que la primera premisa es construir un equipo para no sufrir. El Coruxo lleva 16 temporadas a caballo de la vieja Segunda B y la actual Segunda RFEF, y se merece vivir, al menos, más tranquilo, sin los sobresaltos del presente.
«Tengo una sensación de alivio por haber conseguido el objetivo con el que llegué», comentó Javi Pereira el día después de certificar la permanencia con un 0-2 en Guijuelo. A los verdes les llegaba un punto, pero fueron a por todas desde el principio. «Cuando solo te hace falta un punto, la cabeza te puede llevar a no ir a por el partido, pero fue todo lo contrario. Trabajamos toda la semana pensando en que teníamos que ir a ganar a Guijuelo porque no quería especular. Salimos muy enchufados e hicimos una muy buena primera parte», comentó el entrenador, que no estuvo tranquilo hasta el pitido final. «Ellos, aunque estaban descendidos, compitieron y si marcan un gol... ese nerviosismo siempre está», puntualiza.
A modo de análisis de sus ocho partidos al frente del Coruxo, al que llegó desde el Atios, de Preferente, recuerda que «conseguimos 15 puntos de 24 en el tiempo que yo estuve, pero los de abajo apretaron hasta el final y estuvieron a un gran nivel. El Escobedo hizo un final de liga espectacular y el Llanera, una segunda vuelta increíble».
A nivel personal, el técnico vigués afrontó su salto al Coruxo como un reto del que salió airoso. «Se presuponía que había un salto de nivel importante. Fueron ocho partidos con mucho estrés, mucho trabajo en el día a día y con pocas horas de sueño, pero todo se vio recompensando por lo del domingo», dice Javi, que destaca el papel de los jugadores, «que estuvieron genial con todo el cuerpo técnico, ayudándonos todo el tiempo».
Hay que tener en cuenta, además, que era la primera vez que se hacía cargo de un equipo mediada la temporada: «Tuve que adaptarme rapidísimo a una situación que no controlaba. Fue ir todo el rato a marchas forzadas, a contrarreloj, jugando finales consecutivas y verte todo el rato con la soga al cuello porque los de abajo ganaban. Había que saber lidiar co eso y tener calma, porque casi no había margen, aunque nunca caímos en descenso».
Aspirar a un año tranquilo
Con contrato para la temporada siguiente, Javi Pereira todavía no ha tenido tiempo para comenzar a pensar en la planificación. «Estuve tan centrado en empaparme de la Segunda RFEF, que era una categoría nueva para mí, que no tuve tiempo para pensar en nada de lo que pueda venir». Eso sí, tiene claro que el futuro debe ser más tranquilo: «El Coruxo, por su trayectoria en los últimos años, tiene que estar, como mínimo, en una situación cómoda en Segunda RFEF», afirma el entrenador, que también quiere poner en valor que el club lleve más de tres lustros fuera del fútbol autonómico. Ahora tocar recargar las pilas.