Otorgan casi 14.000 euros a una viandante que se cayó en una acera en Vigo

e. v. pita VIGO / LA VOZ

VIGO

M.MORALEJO

La mujer pasaba por un tramo de obras de un edificio pero la constructora no había vallado el lugar

16 may 2025 . Actualizado a las 01:14 h.

El Juzgado de Primera Instancia número 11 de Vigo, en una sentencia del 31 de marzo, ha concedido una indemnización de 13.821 euros a una viandante que se cayó en una zona de obras de una constructora y se rompió una muñeca. La sentencia ganadora fue obtenida por la abogada viguesa Ana Quiroga.

La demandante se quejó de que existía un riesgo de causado por el material de las obras provisionales que se realizaban en la acera del cruce de las calles Rosalía de Castro y Serafín Avendaño el 2 de octubre del 2023. La viandante reclamó 18.114 euros porque tuvo que ser operada de la fractura de muñeca derecha y le colocaron placa y tornillos. También tuvo una secuela por dolor en el antebrazo, así como una cicatriz en la muñeca.

M.MORALEJO

La constructora demandada argumentó que existía una valla de señalización que indicaba que, por ese lugar, no se podía transitar por lo que la culpa se debe a la propia viandante y a su «falta de diligencia». Dice que la mujer accedió entre la valla y una jardinera existente en la acera, caminó por toda la zona en línea de puntos naranja hasta que se cayó en un lugar donde se estaba acondicionando el lugar para crear una acera provisional.

El único testigo que acredita que existía una valla es el jefe de obra de la constructora demandada, por lo que podría ser parcial, y en todo caso tendría que declarar el responsable, que era el encargado de obra, que nadie lo citó a testificar.

El juez le da mayor credibilidad a otro peatón que pasó por el mismo sitio y no vio ninguna valla. Es más, le avisó a su acompañante de que tuviera cuidado por la facilidad de caída, al haber tablones e hierros que sobresalían del suelo.

El juzgado ve una falta de diligencia porque los tablones y pernos metálicos salían del suelo, a escasa altura, y no se encontraban señalizados. Además, el tramo de acera se encontraba en una curva y hacía difícil la visualización. El juez dice que solventar este riesgo era de escaso coste y esfuerzo porque esas vallas y cintas estaban a su disposición y las colocó inmediatamente tras el accidente. El tribunal concluye que los operarios de la constructora actuaron de forma «negligente».