
El tribunal no ve probado que las lesiones que denunció una universitaria de 20 años tuviesen relación con un encuentro previo en el piso del implicado y cree que ella aceptó sus proposiciones
30 may 2025 . Actualizado a las 20:36 h.La Audiencia en Vigo ha absuelto por falta de pruebas a un joven médico acusado de violar a una amiga universitaria de 20 años que conoció en la aplicación de citas Tinder en el verano del 2021. Tras un año de amistad, a finales de mayo del 2022, tuvieron un encuentro en el piso de él que derivó en dos episodios sexuales que, según ella, no fueron consentidos y en los que hubo violencia, lo que él negó.
La Quinta Sección de la Audiencia de Pontevedra, con sede en Vigo, no ve probado que las relaciones sexuales no fuesen consentidas y no descartan que ambos hubiesen mantenido un encuentro de común acuerdo. En todo caso, dice la sala, no hay pruebas de una agresión sexual o cabe tener dudas ya que las lesiones leves que mostró la denunciante también son compatibles con un acto consentido.
Dos días después, la joven acudió al médico porque presentaba unas lesiones, seguidas de un trastorno de ansiedad y alimentario, pero la sala no ve acreditada la conexión de dichas molestias físicas con la relación sexual que había mantenido con el médico y lo absuelve.
El joven siempre defendió su inocencia y lo atribuyó a una posible reacción de la mujer al intuir que él no iba a tener interés en continuar la relación. El abogado de la defensa, el penalista Rubén Veiga, mostró su satisfacción por el resultado.
La denunciante y el acusado se conocían desde hace un año a través de la aplicación de citas de Tinder. Se veían para tomar café pero un día ella accedió a subir con él al piso de la familia de él, que estaba vacío, en Vigo. Hubo dos episodios de relación sexual que él consideró consensuados y ella realizados con violencia. Tras finalizar el acto, él la acompañó a casa en coche y se despidió con prisas porque al día siguiente tenía que ir al hospital a hacer una guardia de 24 horas. A los dos días, ella lo denunció por violación y se sometió a un examen médico para certificar la aparición de unas lesiones en su cuerpo que atribuyó a prácticas sexuales no consentidas.
La Fiscalía decía que un estudiante de primer curso de Medicina, y más un médico, tenía que saber que ciertas prácticas sexuales podrían ocasionar dolor a la mujer pero la quinta sección de la Audiencia de Pontevedra, con sede en Vigo, replica que si bien ello es cierto, en este caso, de haberse producido tal agresión sexual con violencia, la lesión debería haber sido mayor y no leve.
Para el tribunal, la mujer tenía antecedentes psiquiátricos previos y pudo tener alucinaciones o bien dicho encuentro sexual agravó sus síntomas preexistentes. «Non se trata de buscar alternativas ilóxicas, estrañas ou de laboratorio. Pero tampouco se poden obviar explicacións razoables que puideran dar lugar á explicación dos síntomas da denunciante ao marxe dunha agresión sexual. Neste caso, non se pode descoñecer que Carolina padecía xa con carácter previo un padecemento psíquico que debía levar a unha análise máis detallada da orixe deste agravamento. A denunciante presentaba con carácter previo a este encontro sexual un trastorno alimentario e tomaba medicación para elo. Medicación que, como foi recoñecido no acto do xuízo pola médico forense, pode ocasionar ate alucinacións ou alteracións na percepción», dice la sala.
Según la sala, no se puede establecer una relación causal entre la posible agresión sexual y las lesiones físicas que presentaba la denunciante al acudir al hospital dos días después de la relación sexual. Considera que no serían tampoco incompatibles con una relación sexual consentida. Por ello, concluye que se trata de lesiones que no acreditan de modo categórico una violencia durante la relación sexual.