Un «blondie» de orujo y rollito de canela con licor café

Pedro Rodríguez Villar
pedro rodríguez VIGO / LA VOZ

VIGO

La pastelera de Toxiño, Clara Marzoa, crea en Cociña Capital dos postres para «chuparse los dedos»

11 jun 2025 . Actualizado a las 18:46 h.

«Son postres un poco diferentes, para no hacer siempre las típicas trufas de licor o torrijas», decía Clara Marzoa, del brunch Toxiño (ubicado en la calle de Fermín Penzol, 12), antes de presentar sus rollitos de canela con licor café y su blondie, que es como un brownie, pero sin chocolate y con crema de orujo, en una nueva edición de Cociña Capital, el taller culinario que organiza La Voz de Galicia para sus suscriptores y lectores con la colaboración de Bodegas Marqués de Vizhoja y la asociación Vigo Gastronómico en el auditorio Mar de Vigo.

Marzoa comenzó el taller con la lista de ingredientes del blondie. Se necesitan 225 gramos de mantequilla, 300 de azúcar, 190 de harina (puede ser sin gluten), 220 de crema de orujo y 2 huevos. Una vez juntado todo, se debe «batir muy bien» el azúcar con la mantequilla y, poco a poco, se van añadiendo los huevos de uno en uno. «No ponemos el siguiente hasta que todo se haya integrado», continúa Clara. Después se incluyen la harina tamizada y la crema de orujo a chorro fino. Tras darle forma a la masa, se mete en un molde y al horno, precalentado previamente a 180 grados, durante 20 minutos. Una vez lista la masa, la pastelera preparó el glaseado (200 gramos de azúcar glas y 100 de crema de orujo) mezclando los ingredientes con una batidora. «Al salir del horno, lo dejamos enfriar, yo lo meto en la nevera», y, por último, se baña el bizcocho en el glaseado y «listo para probar», destaca Carla.

Inmediatamente, la pastelera de Toxiño se pone manos a la obra con los rollitos de canela con licor café. «Necesitamos 500 gramos de harina de fuerza, 40 de azúcar, 60 de mantequilla, 60 de agua, 125 de licor café, 3 de sal, 7 de levadura y 2 huevos», dicta Carla Marzoa, que recomienda quemar antes el licor para rebajar su nivel de alcohol. «Yo lo pongo en un sartén, lo caliento y espero a que se apague el fuego», indica. El siguiente paso consiste en mezclar en un bol la harina, la sal, la levadura y el azúcar. Una vez mezclados, se añade «a pocos» el agua, el licor café y los huevos. Ya lista la masa, que es bueno preparar con un poco de aceite para que no se pegue, se suma la mantequilla, que debía estar a temperatura ambiente, y se deja reposar todo una hora.

«Ahora tenemos que estirar la mesa y añadir el relleno, mezcla de 125 gramos de mantequilla, 75 de azúcar y 7 de canela, por encima», explica. Además, también indica que la mantequilla se puede intercambiar por margarina para los que sean intolerantes a la lactosa. «Después, enrollamos la masa y la vamos cortando con el ancho de dos dedos», continúa. Se meten todos en una bandeja, «cuanto más juntos yo creo que más jugosos», y se hornean durante 10 minutos. Se dejan reposar dos horas a temperatura ambiente y ya están listos para comer. «También se pueden guardar en la nevera y duran una semana. Eso sí, para comerlos yo recomiendo calentarlos unos segundos antes en el microondas», cuenta Marzoa.

«Está delicioso», dice una de la asistentes. «Para chuparse los dedos», exclama otra. Coinciden en lo original del postre y en la mezcla de sabores que creó la pastelera de Toxiño. En su local, la bollería a la granola, pasando por los yogures sin lactosa, todos los productos a la venta, excepto el pan, son elaborados por ella a primera hora de la mañana.